22.9.14

A 18 AÑOS DE "LA PERSECUSIÓN EN GUATRACHÉ"

A fines de septiembre se cumplen 18 años de caso emblemático de la ovnilogía regional y fue la persecusión por parte de un OVNI de una conocida productora rural de la localidad de Guatraché, con el chofer que conducía la camioneta y una joven que hacía de acompañante.
La experiencia está relatada a continuación y como ilustración, figura la nota enviada al responsable de CEUFO que por aquellos años se desempeñaba como cronista del diario La Arena. En el final de la nota, Alicia Bakken destaca la fecha de su nacimiento, el 1º de mayo y que además de hablar idioma ruso, también lo hace con fluidez con el idioma ucraniano.
Alicia Bakken compartió en el año 1999 su experiencia con los participantes del I Congreso Internacional de Investigadores que organizado por CEUFO se realizó en la ciudad de Santa Rosa en abril de 1999.













Alicia J.C. Bakken. Estancia La Minesota, Guatraché, La Pampa.

 “A las 7,45 pm entramos al campo. Un objeto luminoso de 8, 10 o 12 metros estaba casi a la entrada. Tres personas viajábamos en una camioneta gasolera: Juan Bergondi (52 años), Jorgelina Prost (17) y yo (75 años)” así comenzaba la misiva que me envió la Alicia J. C. Bakken poco tiempo después de protagonizar un impactante episodio en el campo de su propiedad conocido como “La Minesota”, a unos 19 km al SO de la localidad pampeana de Guatraché.
“Encárelo, le dije a Juan, el chofer. El objeto vino hacia nosotros y nos siguió hasta el casco de la estancia. Las agujas del tablero y los faros bajaron la intensidad de su luminosidad y al momento de hacer un giro en el camino con un ángulo de 90 º,  Jorgelina y yo vimos el plato volador con todas las características UFO. Venía sobre nosotros pero no veíamos detalles por la fuerte luz blanca  que irradiaba e iluminaba la casa del personal y galpones” detalló.
Más adelante describe que su hijo y administrador del establecimiento rural, Carlos Belcher, (40 años) venía más atrás y se fue “rajando” a Guatraché al comprobar que no era una linterna la causante de la luminosidad y recordó “yo había visto el video lanzado hace cuatro años así que estaba conciente del poder del OVNI”.
Al llegar a la casa, mientras ella entró “los otros dos se quedaron afuera y los perros aullaban a lo loco, las plumas de las palomas, pájaros, etc. volaban por doquier en un verdadero “pandemonium”” y enfatizó que “el OVNI se posó en un ciprés a más o menos 8 metros. Estuvo aproximadamente una hora y se alejó a las 8,30 u 8,45 pm rumbo a Victorica” y reconoció que su salud “no fue afectada” al cabo de la experiencia vivida, motivo por el cuál “el capataz durmió en la casa de servicio y nosotras dos a mas o menos 15 metros de distancia”.
La privilegiada testigo de esta historia que narró con lujo de detalles en una reunión que oportunamente mantuviera conmigo en la ciudad de Santa Rosa poco tiempo después, me permitió hacerme una idea sobre el comportamiento de una mujer que contaba con una rica experiencia de vida, ya que me contó que “estuve en la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos y periódicamente visitaba a Samuel Flagg Bemis, militar y profesor de la Universidad de Yale” y que además visitó “en la Bahía de New Hover Conn la fábrica Winchester, que por aquel entonces estaba fuertemente custodiada”.

La importancia del relato radica en que Alicia Bakken era una persona muy conocida en la región sudoeste de la provincia por su activa participación en distintas actividades sociales de la zona y quienes la conocían no dudan de su relato, que además contaba con el testimonio de sus dos acompañantes que resultaron directos partícipes del episodio registrado en noviembre de 1998.
Por aquel entonces como testimonio vivo de su experiencia quedó su relato grabado en una emisora de las ciudad de Santa Rosa adonde Alicia llamó y transmitió prácticamente en directo sus vivencias al llegar a la vivienda, para sorpresa no sólo del conductor del programa nocturno sino de la audiencia que al día siguiente buscó detalles en las páginas de los diarios regionales.


En ocasión de la realización del I Congreso de Investigadores del que participaron especialistas de Argentina y desde Chile llegó el inefable Jorge Anfrúns Dumont, Alicia Bakken hizo un viaje especial a la ciudad de Santa Rosa, sede del evento y compartió las deliberaciones y en uno de sus pasajes, expuso su experiencia con una serie de gráficos y un entusiasmo poco común. Su exposición culminó con un cerrado aplauso de los participantes que reconocieron la calidez de la protagonista de esta extraña historia producida, como tantas, en uno de los rincones desconocidos de La Pampa.

11.9.14

El OVNI como fenómeno sociológico

 El fenómeno OVNI ya está incorporado a la sociedad como un evento sociológico. Por mucho que les pese a los escépticos, ya es común no sólo en las ciudades sino en pequeñas poblaciones que la gente hable del tema. Y por supuesto, si eso ocurre también lo hacen los grandes medios de comunicación.
          Este comportamiento espontáneo e incontrolable a las decisiones de la ciencia, está más arraigado de lo que muchos suponen porque hoy los niños de cualquier escuela del interior hablan del fenómeno OVNI como un hecho natural, al que también se refieren los docentes que en algún momento también resultaron privilegiados testigos de un suceso o se ven en la necesidad de ofrecer una respuesta a los chicos.

En tuve oportunidad de recorrer buena parte del sur montañoso de Argentina, en el corazón de la Patagonia, dialogué con integrantes de la etnia Mapuche que vivía en las alturas y expresaron que siempre veían “esas luces”. No obstante, el testimonio de carácter antropológico más contundente fue el del cacique de la etnia Ranquel Carlos Campú, quien aseguró que “eso es algo natural”.
Reconozco que me sorprendió su respuesta en oportunidad de una visita al paraje Arbol Solo en medio del desierto pampeano. Imaginan ustedes la cara que habré puesto ante semejante respuesta y mi nueva pregunta surgió también espontáneamente: "¿Cóoomooo algo natural?" "Sí, de eso ya hablaban mis padres, mis abuelos y mis antepasados".
          La respuesta demuestra que este tipo de manifestaciones no son nuevas y mucho menos desconocidas para los antiguos dueños de estas tierras. Ellos de alguna manera estaban familiarizados con el fenómeno ya que tenía una "clasificación" según el color de "la luz".
          El propio cacique explicó que "si la luz es blanca o azulada" no hay que temer porque "esas son buenas". Mientras que si las luces son de color rojizo, "son malas", aunque no hay reportes que esas manifestaciones hubieran hecho daño a alguien en algún momento. Sólo se las denomina así porque supuestamente son las que "hacen daño".
          Más adelante se refirió al coraje demostrado por quienes se enfrentaron en algún momento de su camino a "la luz". "Si uno le tiene miedo, la luz se acerca", pero si uno no le demuestra temor la luz lo acompaña a cierta distancia, durante un trecho del camino, "luego se va", aseguró el aborigen.
        
          Este tipo de sucesos se repiten en la provincia de La Pampa, sobre todo en las poblaciones más alejadas. Los testimonios son variados y la calidad de los testigos también. Pero a esta altura creo que vale a pena definir el término "calidad de testigo" o "testigo de calidad".
          La comprensión del mismo es muy amplia. Testigo calificado no sólo es aquel que tiene estudios determinados y un cierto nivel de comprensión y preparación, sino también una persona desprovista de grandes conocimientos que relata con limitada terminología una experiencia vivida.
           Esta cuestión se planteó durante las investigaciones de los casos Sayago, Platner y Flores a principios de la década del ’80. En los tres se consideró la "calidad" de los protagonistas, ajenos a cualquier inclinación por los temas desconocidos como expectativas de publicidad.
            De hecho, los medios de la provincia de La Pampa le dieron un tratamiento muy cauto a cada uno de los temas, no así algunos medios nacionales que con espectaculares títulos sólo buscaron aumentar sus ventas sin importarles con el tiempo la suerte de los testigos.
            Esa actitud sirvió para que no sólo la gente sino los investigadores de la región tomaran una serie de recaudos a fin de evitar el desgaste de los testigos por parte de medios sensacionalistas que con su actitud no hicieron más que retraer la actitud que caracteriza a la gente del interior.
            En ese marco, no trascendieron una serie de casos muy importantes que se sucedieron a principios de la década del ´90 y que colocaron a la región al frente de las estadísticas de avistamientos durante un prolongado período.
Hay lugares donde la gente convive con el fenómeno de manera tal que tiene identificados "aparatos" a los que denominan según su tamaño como "casilla" o "castillo". La definición de casilla se aplica a un objeto alargado con muchas ventanas, que normalmente se desplaza a muy baja altura a tal punto que en algunos casos quienes recorren la zona deben detener sus vehículos ante la presencia de "la casilla" cruzando la ruta y descendiendo en la zona desértica.
La mayoría de los testigos observa las apariciones con respeto y las comenta en determinados círculos, pero está familiarizado con el fenómeno de manera tal que ya es una cuestión casi folclórica su presencia. El término "castillo" se aplica a "un aparato muy grande", mucho más grande que la casilla que muchas veces han visto emerger de los montes impenetrables y elevarse a gran altura hasta perderse en el espacio. Esto, según los relatos fue observado a las más variadas horas del día o la noche.
          Esos sucesos alentaron además a la elaboración de las primeras hipótesis referidas a la problemática y su incidencia no sólo en la geografía pampeana sino en su población. Por un lado, la "opinión propia" del común de la gente sobre una realidad innegable: la presencia OVNI en toda la región y por otro, la pregunta acerca del por qué transitan por aquí. Ese fue alguno de los interrogantes más comunes durante las reuniones mantenidas en distintas poblaciones del interior durante un ciclo de conferencias alusivas.
Con estos antecedentes podemos sostener sin temor a equivocarnos que el fenómeno OVNI no es una casualidad y que está definitivamente incorporado como un fenómeno sociológico.

El comportamiento de los medios de comunicación

Desde la aparición del fenómeno se ha producido un tratamiento diferente de la noticia en los distintos medios. En su mayoría tratan de obtener, como es lógico en el competente “mundo del rating”, la mayor cantidad de detalles, a fin de cumplir con una de sus primeras premisas: informar a la población.
En otros casos, intentan dar respuesta a un fenómeno que aún hoy es inexplicable y realizan análisis que rondan el escepticismo, amparados en soportes científicos, que tampoco pueden dar una explicación definitiva.
Los medios televisivos, salvo honrosas excepciones, intentan dar una imagen de duda a los casos que se presentan y en muchos ridiculizan a los testigos, lo que actúa en forma negativa para estos, sus allegados y las posturas ante potenciales nuevos casos.
Lamentablemente, y de manera especial la tv intenta presentar variantes que rayan en ocasiones con la ridiculez, ya que al no haber una respuesta real al fenómeno, deforman la realidad presentando alternativas ridículas que desmerecen al tema.
Algunos conductores “estrella” ridiculizan a los testigos y eso hace que la gente se retraiga y se cierre a brindar nueva información lo que dificulta  el trabajo de investigación. En oportunidades recurren a la opinión de los estudiosos pero finalmente, brindan una imagen distorsionada de los casos y en otras oportunidades, generan “mesas de análisis” a partir de opiniones enfrentadas entre supuestos científicos, escépticos e investigadores que nada aportan a la opinión pública, como si de una carrera se tratara y los debates terminan en su mayoría con polémicas que nada tienen que ver con la realidad de los casos presentados.
En raras ocasiones se limitan a brindar un informe sin que los propios conductores aventuren una opinión, sólo por el desconocimiento que tienen del tema, ya que no salen de los estudios cerrados a buscar en la calle los hechos reales. Eso no contribuye en absoluto con la investigación. Por el contrario, la gente se disgusta, se divide y se genera la confusión.
En el caso de los medios gráficos la cosa es diferente, ya que abordan los casos mas sonados durante dos o tres ediciones hasta que surge un nuevo tema que toman como eje.
Lo que no tienen en cuenta los medios es la calidad de los testigos, especialmente los del interior del país, donde la gente no tiene necesidad de “trascender” a los grandes medios nacionales, ya que viven su vida en la misma población y sólo cuentan con el respeto de sus vecinos que son los que en definitiva avalan su aporte por su trayectoria como poblador.
El intento de descalificación de los casos por los medios nacionales, es algo que tiene íntima relación con lograr un efecto espectacular y ganar más rating sin tener en cuenta el análisis de los hechos a nivel informativo.
En ese marco, la misma población es la que decanta cuáles son los medios que le dan un mejor tratamiento al tema, según la experiencia recogida a lo largo de 30 años de investigación.
Un párrafo aparte hay para los medios radiales que generalmente, “contagiados” por grandes producciones nacionales lo primero que hacen para dar marco a una noticia de este tipo es colocar como cortina musical el tema de la serie “Expedientes X” y según la capacidad y calidad del conductor, se inicia una nota que lejos de aclarar al oyente, lo confunden con su opinión que lejos está de ser válida por estar frente a un micrófono. Obviamente siempre hay honrosas excepciones de objetividad.
En definitiva, los medios regionales le dan un tratamiento “light” al tema, con el objeto que les permita vender un poco más. Los medios del interior tienen una inocultable influencia de los grandes medios nacionales lo que queda demostrado que “es noticia” cuando es espectacular y garantiza la venta. Y aquí vale hacer una nueva aclaración que siempre hay honrosas excepciones.

LA FUERZA DE LA FANTASIA
El comportamiento de los medios de comunicación es lamentable cuando le toca abordar un tema relacionado con la astronomía y más aún cuando se relaciona con el fenómeno OVNI.
Es increíble como los “opinadores” generan la incertidumbre en la audiencia o lectores, según el medio de que se trate, realizando crónicas que rayan entre lo sensacionalista y lo ridículo, para finalmente dar una estocada final, con una reflexión en la que intentan derrumbar el castillo construido con sus propias especulaciones.
Todo realizado sin el más mínimo rigor profesional o científico, porque no se tiene en cuenta el lector u oyente distraído que puede tomar las especulaciones periodísticas como información objetiva.
La reflexión es necesaria ante la caída en un meteorito o bólido en la región oeste de La Pampa y sur de Mendoza. Se trató de un fenómeno astronómico “natural”, pero no faltaron noticieros en los que con una música específica para generar misterio, se lanzaron al aire interrogantes sobre si podría tratarse de algo relacionado con el fenómeno OVNI. Sin dudas ese tema les podría servir para vender más ejemplares o en su defecto para capturar mayor audiencia.
Por supuesto a los dos días se olvidan del tema y abordan con el mismo espíritu otro.
Lo que resulta una postura cuanto menos hipócrita es que en oportunidades, algunos medios, por suerte hay honrosas excepciones, cuando sí tienen enfrente un fenómeno OVNI, pretenden vestirse con traje cientificista para investigar no el caso, sino al testigo utilizando frases sueltas y mordaces como “¿qué habría tomado este muchacho antes de contar esta historia?”.
Y lo más patético son las posturas de algunos medios del interior que, como si fueran de grandes ciudades, intentan ridiculizar a sus comprovincianos, lo que obviamente deja en claro la falta de profesionalismo, ya que olvidando su misión de informar, pretenden “formar” con falacias.
Como dije unos párrafos más arriba, por suerte hay honrosas excepciones.
A esta altura creo que sonará reiterativo pero nunca está demás recordar que “no todo lo que vuela es un OVNI” y que “no todo OVNI es de procedencia desconocida o extraterrestre”. Es fundamental que a la hora de hablar del tema, tengamos los pies puestos sobre la tierra porque sino, corremos el riesgo de convertirnos en uno de los tantos chantas que se dicen investigadores cuando en realidad, no salen de las grandes ciudades, jamás pasan frío ni se embarran los pies para hacer una investigación de campo.

31.8.14

CAZADORES "ILUMINADOS"

La búsqueda permanente de pistas en pos de una respuesta al fenómeno que “está ahí”, me permite
cosechar infinidad de testimonios y experiencias de gente de todas las edades, pero sin dudas las experiencias de los trabajadores rurales y los cazadores son las más ricas.
En el marco de un trabajo de investigación iniciado hace algunas semanas, encontré un cazador que relató una experiencia alucinante que vivió junto a seis amigos. A pesar que la experiencia tiene unos cuantos años de antigüedad, no pierde valor porque de alguna manera sirve como ejemplo y disparador a experiencias aún guardadas por un sin número de gente que guarda la experiencia para determinados círculos familiares o de amistad y que cuando llega el investigador, la cuenta luego de entrar en confianza.
El caso al que haré hoy referencia tuvo lugar hace más de 20 años en la zona rural de “La Araña”, uno de los lugares emblemáticos de la ovnilogía pampeana por la riqueza y variedad de casos. Al momento de recordar la experiencia, el testigo confirma que se conmueve y que muy pocas veces lo hablaron con el resto de sus amigos.
“Éramos siete y un fin de semana decidimos ir a cazar a un campo en la zona de La Araña. Llegamos temprano y dispusimos todo como para ir a apostarnos con las primeras horas de oscuridad. La noche se presentaba fresca pero agradable. Era a fines de marzo”.
“Luego de cenar partimos hacia el apostadero, caminando en silencio para no estar a las posibles presas que hubiera en la zona. No había transcurrido una hora que aún estábamos de pie intentando acomodarnos cuando vemos que sobre el monte, a baja altura, se desplazaba un objeto luminoso de forma oval”.
Cabe destacar que en esa zona, el monte es muy tupido y por aquel entonces en la región no había energía eléctrica, por lo que se preguntaban qué sería el objeto, luego de descartar la presencia de un avión.
“Uno de los muchachos le hizo señas de luz con el reflector y el plato volador se nos vino encima en segundos!!!” y reconoce que todos se quedaron paralizados por la sorpresa. “Quedó todo blanco!!! Se veían los detalles de la vegetación, de la ropa, de las armas que llevábamos, era una claridad increíble!!!”
A esta altura el testigo reconoció que en cuanto pudo reaccionar, se escondió detrás de un caldén pero la iluminación era tal que era imposible pasar desapercibido. No recuerda cuánto estuvo el objeto suspendido cerca de ellos “tal vez fueron dos o tres minutos que para nosotros fue una eternidad. No sabíamos qué hacer” afirmó.
Al cabo de ese tiempo, el “plato volador” comenzó a alejarse hacia el oeste y uno de los amigos le apuntó con el fusil. Sus amigos no alcanzaron a persuadirlo que no se le ocurriera disparar cuando escucharon la detonación. “El objeto volvió sobre nosotros al instante y se mantuvo otra vez por unos instantes y luego salió despedido hacia el espacio a una velocidad increíble. ¡¡¡En segundos no lo vimos mas!!!”
Obviamente, la jornada de cacería se canceló en ese momento. Todos decidieron abandonar por esa jornada y alguno s de ellos, entre los que se encuentra el testigo que relató la experiencia, jamás volvió a intentar cazar.


22.8.14

LA “ENERGÍA” DE LA HUELLA


La búsqueda de una respuesta al tema que en lo personal me a
pasiona, me permite relacionarme permanentemente con gente que ha tenido extrañas experiencias, las que a su vez me refieren relatos de otros amigos que enriquecen la casuística regional.
Las zonas calientes siguen siendo protagonistas de los relatos clásicos y el hecho de ser un referente del tema en la región, facilita el contacto espontáneo de los protagonistas de las historias que de primera mano relatan las vivencias inexplicables que en algunos casos, han llegado a afectarlos de manera significativa a nivel psicológico, pero se ha comprobado también que altera elementos mecánicos y electrónicos precisos, lo que constituye un interesante aporte a la investigación.
En ese marco, la experiencia vivida por cazadores en la mítica ruta 10 no se limita a la observación de huellas. Una de ellas según el relato de los lugareños apareció en el terreno luego que descendiera allí un “plato volador” hace unos 10 años. La huella que tiene aproximadamente unos 8 metros de diámetro fue observada siempre con respeto, se mantuvo inalterable todo ese tiempo pero… hace unos tres meses un curioso visitante se situó en el centro de la marca e intentó tomar una fotografía con su teléfono celular. La sorpresa fue que automáticamente comprobó que la batería se agotó prácticamente en forma instantánea.
Sorprendido por el detalle, intentó encender una linterna que portaba pero, tampoco funcionaba. Cuando salió del círculo, intentó prender el teléfono pero su batería agotada lo impidió, no así la linterna que desde el exterior de la huella funcionaba a la perfección. La inquietud ganó al testigo que comunicó el hecho a su acompañante y prefirió alejarse del lugar.
De la experiencia se desprenden varias puntas de investigación: Una de ellas que evidentemente dentro del círculo dejado por el plato volador, hay una energía desconocida que provoca la reacción de los componentes de los objetos que se manipulan en su interior. La composición de la batería de un teléfono se agota misteriosamente y no vuelve a funcionar, mientras que las pilas de la linterna reaccionan fuera de la huella. Pero el detalle mas interesante es el hecho que la huella tiene una antigüedad de una década y aún provoca esas reacciones, lo que se constituye en el objeto de la investigación de campo que en el corto plazo realizaremos en una amplia región.
¿La “energía” del interior de la huella tiene relación con la influencia de los OVNI sobre los motores de los vehículos en que se trasladaban protagonistas de las extrañas historias que han sostenido que “cuando apareció el plato volador” se detuvo la marcha y se apagaron las luces y que todo volvió a la normalidad cuando el misterioso visitante desapareció?
Es el desafío y nuestro compromiso como investigadores, por lo que en el mes de septiembre podremos brindar un informe detallado del resultado de nuestro trabajo.


18.8.14

SERES DESCONOCIDOS Y HUELLAS EXTRAÑAS EN EL MONTE

Extrañas huellas de un pie no convencional con cuatro dedos, con un talón ancho y redondeado en el que se advierte el peso de su portador, se hallaron en las inmediaciones del apostadero en el que un cazador fue sorprendido por la presencia de cuatro o cinco criaturas de características desconocidas, que según su estimación, no superarían 1,5 metros de estatura.
“A pesar de advertir sus movimientos torpes y su estado de nerviosismo, las extrañas figuras no emitían sonido alguno” expresó Alberto, nuestro testigo, pero tampoco exhalaban “el clásico olor que distingue a los animales silvestres de la región como el ciervo colorado, el chancho jabalí” o alguna otra presa mas pequeña, fáciles de distinguir precisamente por el clásico olor que los precede.
Las huellas encontradas eran tan solo tres, por lo que el cazador interpretó que hasta las podrían haber borrado. La experiencia que se repitió por cuarta vez en tres meses en la misma zona, comenzó en el silencio cuando el manto de oscuridad cubría la noche pampeana. El grito de los teros advirtió que algo se aproximaba, porque lo mismo ocurrió en las anteriores oportunidades. La rara sensación de sentirse observado generó la inquietud a pesar de contar con un arsenal en su poder en caso de ser necesaria una defensa.
El temor a lo desconocido, seguramente fueron la causa del stress que padeció el solitario cazador. Nervios, angustia y los sentidos atentos sirvieron para describir los movimientos de los extraños seres a los que no podía, ni quería ver. Pero lo más aterrador fue la descripción de un sonido similar a un potente y grave  gruñido que le daba la sensación provenía de un ser que estaba atacando y deglutiendo a otro. No se trataba de los sonidos clásicos de la fauna de la noche pampeana.
Los movimientos que advertía alrededor de su estancia eran torpes y le daba la sensación que los seres eran de considerable peso, porque cuando en ocasiones rozaban los postes que sostienen el apostadero, generaban una vibración que le permitían hacer esa apreciación.
Él permaneció aterrado en el interior de la casilla-apostadero, conteniendo la respiración ante algo que consideró sobrenatural o desconocido. Estimó que la experiencia duró unos 15 minutos hasta que los seres desaparecieron. Tuvo que esperar hasta el amanecer para bajar de su escondite. Esa noche no hubo caza, ninguna presa bajó a la aguada natural y la rara sensación de haber vivido una extraña experiencia, se traducía en la inquietud y el persistente dolor de cabeza.
Con los primeros rayos de sol observó el paisaje y los alrededores de su escondite donde halló tres huellas extrañas, que no responden a ningún parámetro conocido: un pie de unos 12 centímetros de largo, con cuatro dedos iguales y la señal de un talón que se hundía más que el resto de la huella. Lo extraño era que había  tan sólo tres huellas, lo que no coincidía con los rumores y sonidos que escuchó durante la madrugada, que le permitieron suponer que “los bichos” eran cuatro o cinco.
Antes de retornar, observó el panorama y advirtió que hay muchos caldenes secos en los alrededores, pero el detalle más inquietante es que también advirtió que en los últimos tres meses, faltan muchos de esos árboles secos, sin que en el lugar se observen huellas de gente que hubiera trabajado para retirarlos de ahí. La incertidumbre y la inquietud ganaron al solitario cazador que decidió alejarse lo más pronto posible de la zona.

Ahora el desafío está planteado, antes de la próxima luna llena, nos apostaremos en la región en procura de observar los desplazamientos de las extrañas criaturas con la esperanza de poder captar alguna imagen a partir de la que se pueda empezar a trabajar en una hipótesis que sirva para demostrar su presencia en una amplia región, basada en la cantidad de relatos que se suceden desde hace años. Desde el Centro de Estudios UFO responderemos al desafío y en los próximos días nos estableceremos en la región para hacer lo que mas nos gusta: la investigación de campo y al menos poder constatar con pruebas físicas la presencia de los seres o sus extrañas huellas.

ILUSTRACIONES: El primer dibujo se obtuvo del primer relato de Alberto, quien se encargó de hacer notar las correcciones necesarias que permitieron elaborar el segundo dibujo, en el que se aprecian los dedos mas largos y el detalle de un talón redondeado y con mayor peso en esa zona.

16.8.14

EL MISTERIO DE LA RUTA 10 (3)


Continuando con la ambientación de las historias de la misteriosa Ruta 10, rescato otro impactante relato, esta vez ilustrado con un dibujo que responde a la descripción del testigo. Vale la pena rescatar estos archivos del Centro de Estudios UFO, porque sin dudas muestran una realidad insoslayable de una región considerada “caliente” por los investigadores, que nos plantea un sinnúmero de preguntas sobre las que trabajamos para poder entender un fenómeno que “está ahí”.


“Nunca vi un animal así. Lo miré durante 15 minutos con la mira telescópica y al final me decidí y le disparé”, aseguró el testigo que vivió una extraña experiencia en medio del misterioso monte de La Pampa.
El hecho sucedió a mediados de septiembre de 2008, cuando el testigo _del que por expreso pedido reservamos la identidad_ se instaló en un cómodo apostadero a la espera de “un chancho jabalí o un ciervo”. La noche estaba clara alumbrada por una luna espectacular que por momentos da la sensación que tiende un manto celeste sobre el monte. “Fui a eso de las 10 de la noche y el “bicho” apareció cerca de la media noche”.
El testigo afirmó “no lo escuché llegar, me dio la sensación que venía flotanto… y se detuvo en la aguada”.
Aseguró que “no tomó agua en ningún momento” y que sólo permanecía mirando atentamente hacia la vivienda. Advirtió que el caballo “nochero” relinchaba nervioso en las inmediaciones como anunciando la presencia de algo extraño, mientras a la distancia se escuchaban los ladridos insistentes de los perros de la estancia.
“Siempre lo vi de perfil”, aseguró el testigo que describió al ser de la siguiente manera: se mantenía erguido sobre sus cuatro patas y el cogote era de color blanco. No hay ningún animal así por la zona, pero lo mas extraño fue que tenía prominencias en la cabeza, me daba la sensación que eran orejas del mismo color del cogote. El resto del cuerpo era oscuro. Lo miré con la mira telescópica y la cara parecía la de un “chivato”.
Al cabo de 15 minutos de observación, se decidió a tirar y cuando lo hizo, escuchó un extraño bramido y chillidos. 
A esta altura cabe destacar que el arma con que disparó el testigo es un fusil calibre 30.06 de alto poder y le apuntó como todos los cazadores “a la paleta”. Aseguró que el ser dio un brinco y avanzó unos metros para luego salir a los saltos “como un canguro” y lo perdió de vista detrás de un grueso caldén. Descendió del apostadero y se acercó al árbol con cierta desconfianza pero no lo vio, por lo que decidió volver a la vivienda donde se acostó hasta el otro día, en que comentó el episodio al encargado.
Una rápida recorrida por la mañana sólo dio con una única pista: un pequeño montículo de sangre coagulada, pero no más rastros.
Otros cazadores expresaron que con semejante disparo, un ciervo puedo caminar o correr 200 o 300 metros a lo sumo. Una batida por los montes de los alrededores no arrojó resultados por lo que el episodio quedó sumido en un hondo misterio y en la esperanza de hallar al extraño ser durante algunas de las recorridas posteriores, cosa que con el paso de los años, no han arrojado resultados.
En este mismo lugar, al día siguiente, un cazador observó la presencia de dos extraños seres con “ojos rojos” que se acercaron al apostadero y emitían un extraño sonido que comparó al gemido de un perro. Pero definitivamente lo que más lo alteró fue sus grandes “ojos rojos”.
Sin dudas el oeste pampeano representa un gran misterio no sólo para los investigadores que tenemos la posibilidad de recorrerlo, sino también para los lugareños que por lo bajo rescatan historias increíbles sobre la presencia de extraños seres, naves que surcan el cielo sin el mínimo sonido en forma solitaria o en numerosas escuadras y la aparición de inexplicables huellas de distintas dimensiones en los lugares que se supone se detienen “los platos voladores”.