26.1.22

UN PLATILLO EN LA RUTA 1


“Hola quique buen día, en la madrugada de hoy (26/01/22) puede ver mientras regresaba a casa después de mi jornada laboral, un objeto volador no identificado apoyado sobre la superficie de un campo. La hora aproximadamente 01:45 sobre ruta (provincial) 1 , entre las localidades de Q. Quemú y Miguel Cane”.

Así comienza el relato de un testigo que observó un OVNI “posado sobre el campo” según su estimación. “Pude filmarlo a pesar de estar muy obscuro” afirmó y destacó que “tenía alrededor de 20 luces del color tipo anaranjado como las luminarias de las calles, redondas, una seguida de las otras” y estimó que “estaba muy cerca y se podía oír como un zumbido suave”.

El testigo reconoció que “por temor filmé y me fui. No pude ver su despegue”.

Este tipo de testimonios, hablan a las claras de la realidad de los caminos y rutas de la provincia, donde las experiencias se repiten.

Mi agradecimiento a la confianza de Lucas.

25.1.22

LA PATAGONIA. UNA MIRADA RURAL DE SUS MISTERIOS


Argentina es un país grande, de extensiones a las cuales la vista no alcanza y recursos que podrían abastecer las necesidades internas y permitir un comercio internacional poderoso, pero tenemos un problema los argentinos: solemos mirar solo hasta donde llega la punta de nuestra nariz.

Estoy hablando de misterios pero esto tiene mucho que ver con su búsqueda y su estudio, en otros países del mundo hay personas que desde lo individual y sin mucha ayuda son capaces de invertir de sus propios bolsillos cientos de miles de dólares para comprar equipos, hacer estudios, viajar y permanecer en áreas remotas haciendo relevamientos por semanas sin que ello afecte su economía familiar y personal.

En esos países son esas personas, vocacionales, dedicadas de lleno a una pasión por conocer los secretos encerrados en esos misterios, las que empujan la investigación institucional y gubernamental, esto pasa en todo el mundo salvo en países con una economía como la nuestra que están en condiciones similares a la nuestras.

En Argentina la persona promedio, el trabajador de toda la vida, tiene que desembolsar entre el 25% y el 35% de lo que gana mensualmente solo en impuestos, y esto es para el peón rural como para el terrateniente.

Los impuestos se suman unos sobre otros sin solución de discontinuidad, en todo, llegamos a pagar $ 100 un litro de leche que al productor se le paga $ 3 y el resto es ganancia para la cadena, y por supuesto para el Estado que es el que más muerde de los impuestos a los argentinos.

Todos se desesperan frente a los precios de los alimentos, principalmente en los supermercados, y como productor rural uno sabe lo que valen en realidad las cosas.

Pocas personas saben que el Estado tiene acciones en casi todas las cadenas de supermercados de Argentina, ¿Cómo no le convendría que suban los alimentos?, por un lado aumenta el valor de sus acciones y por el otro recauda cifras fabulosas y cada vez mayores para poder alimentar el sistema.

Esto no pasa desde ahora, viene ocurriendo desde hace un siglo y muchos, pero muchos han progresado en sus finanzas personales a costa de la insistente decapitación financiera de quienes trabajan y sus familias.

En una economía con esa carga impositiva, y donde te aseguran que "aumentaremos los servicios progresivamente para que no afecte el bolsillo de los argentinos", una mentira malvada si tenemos en cuenta que un servicio que cuesta $ 100, si tuvo 3 aumentos de 5% ¡no aumentó el 15%, sino el 16%!, una jugarreta estadística de quienes manejan la economía por obra y gracia del cálculo de aumento sobre aumento.

Decía, en una economía así ¿Quién puede procurar y prevenir hacer investigaciones sobre los misterios ancestrales de nuestra querida tierra, sin sufrir un colapso económico en todo sentido?, ¿Quién puede renovar adecuadamente su computadora, su cámara y comprar instrumentos de medición modernos?, ¿Quién puede hacerse de una movilidad adecuada para recorrer nuestras rutas, muchas veces hechas pedazos por obra y gracia de la corrupción?, la respuesta es: son pocos.

Hace algunos días leí un paper científico donde el Dr. Nolan en Estados Unidos afirma haber gastado de su bolsillo una cifra cercana a los u$s 150.000 para estudiar materiales exóticos y raros, los tan tristemente famosos "metamateriales", a moneda local  unos despreciables $ 16.200.000 si el dólar no sigue subiendo, y en el mismo paper el científico asegura que ahora necesitará la asistencia de su gobierno para continuar.

Me surgió la pregunta de ¿Quién tendrá ese dinero en Argentina para hacer justamente eso?, la respuesta cae de maduro, casi nadie y digo casi porque aquí en Patagonia si hay algunas personas que están en el ramo, pero de todos nosotros el resto de la civilidad interesada en tales fenómenos y misterios, e incluso desde el gobierno en sus oficinas dedicadas al asunto, puedo asegurar que nadie tiene esos valores sin que su economía caiga en zozobra.

A pesar de eso algunas ramas de la ufología, ahora sábiamente incluidas por su propio comportamiento en el talle de "podredumbre del misterio", se jactan de "investigar científicamente", pero no tienen un centavo para hacerlo, nadie puede investigar, estudiar, relevar, avanzar tecnológicamente si no tiene recursos.

Y de esos que los tienen bastan los dedos de una mano para contarlos en Argentina.

Pero hay más sobre este asunto, y tiene que ver con la veracidad y la seriedad, quien estudia estos misterios y fenómenos puede no tener dinero para hacerlo, pero ello no define su corte de honestidad en cómo lo hace, ni en cómo lo publica, ni en cómo resguarda a los testigos de los distintos casos que se le van presentando.

Y lamentablemente sobre este tema también hay contados con los dedos de una mano los estudiosos e investigadores que pueden entrar en la calificación de seriedad que la vida en comunidad demanda para todo ciudadano argentino, seriedad que se demuestra en los logros grandes o pequeños que se van recolectando con el paso de los años.

La "podredumbre del misterio" se jacta como decía, de investigar sin presupuestos, ni recursos ni equipamiento, poniendo nombres falsos y falsas clasificaciones a los colectivos que los agrupan, tratando de "parecer" cuando en realidad "no son", y al mismo tiempo desprecian a quienes no les aplauden, a quienes no los reverencian, a quienes se atreven a cuestionarlos públicamente.

Y al mismo tiempo desde esos lugares pútridos se toman la libertad de violentar a los testigos, de violar su confidencialidad, de robarle sus pruebas fotográficas, de denostarlos públicamente usando medios censurables como los ataques de trolls, calumnias públicas anónimas y hasta rumos incesastes a todo aquel que se atreva a publicarlos o prestarles atención en las redes y en los medios.

Un ejemplo claro de esto fue la publicación reciente de un comentario oportuno que le quita el velo a la miseria de quienes pretenden que la ufología en La Pampa pase a pertenecer por apropiación a quienes no son de La Pampa, dice "La ONU reconoció al ufólogo pampeano Quique Mario - maracódigital.net

Hay que darle sin parar a Quique Mario, hasta que la gente no le crea nada de nada, ese es el trabajo principal ahora, después veremos qué proyecto iniciamos en La Pampa cuando a él ya no lo quiera publicar ningún medio" y es demostrativo del cómo han actuado desde hace años en contra de quienes están por la senda recta.

El mensaje origen de esto se publicó, con fecha, hora, nombre y apellido en la poderosa red privada JWRED de la Patagonia, a la cual en buen criollo le resbala toda la "podredumbre del misterio" pues representan una organización centenaria y con alcances que tan solo en el web-blog de CEUFO se han podido vislumbrar recientemente como la punta de iceberg de lo que es en realidad.

Y aclaro algo que decía mi Padre, que empezó como peón de campo y terminó como propietario después de 60 años de sudor, "la corrupción, la desidia y la delincuencia no tienen género, poder ser hombre o mujer, pero si sos un delincuente sos solo eso, un delincuente".

En la medida de las cosas, la otra investigación, la seria, la honesta, la que hace historia por sí misma, está también al límite de sus recursos económicos, apenas si a quienes la desarrollan les alcanza para vivir y mantener su familia y su vida, pero aquí la diferencia es muy grande porque hay honestidad.

La honestidad en la investigación y el estudio de los misterios y fenómenos de Argentina no pasa por el dinero, sino por la civilidad y la ética de quienes lo han hecho una virtud en su vida y lo despliegan en cada escrito y conferencia.

Pero ello no los hace menos humanos, leía hace algunas horas el escrito de un pobre idiota que sacaba a la luz asuntos íntimos y personales sobre quienes estudian estos misterios en La Pampa, ninguno de nosotros y me incluyo, somos perfectos y todos hemos tenido algún traspie en nuestra vida, ¡pero que asco quienes se toman la libertad de exponerlo de forma indebida en público, como si ellos fueran ángeles venidos del Cielo!.

Desde lo profundo del campo patagónico uno ve la extensión verdadera de los misterios, kilómetros de soledad, rutas desiertas, cielos sin radares, un gobierno ausente y la vida que discurre como si estuviéramos en el Siglo 18 por el insistente abandono y carencias a las que son sometidas las personas y sus familias, o a la rapiña con que caen cuando uno va a vender una pieza de cordero o una tonelada de cereal.

Hace algunos años el misterio golpeó a nuestra puerta en la madrugada, fue todo un suceso con daños a la propiedad y pérdidas cuantiosas por los animales atacados, de crianza y reproducción de raza, miramos al gobierno y éste nos hizo una mueca rara como diciendo "no tengo idea de lo que estás hablando, no puedo ayudarte".

Entonces nos encontramos con una referencia de un colectivo ufológico que decía cubrir alrededor de 1,5 millones de kilómetros cuadrados en la Patagonia, Mar Argentino y Antártida, y ahí fuimos pensando que se trataba de alguien importante y con recursos, pero era todo verso para la gilada, no sólo no tenían ningún medio en la Patagonia, sino que cláramente no conocían la región, y además sufrimos un destrato maleducado por parte de una señora con ínfulas de semidiosa griega pero con un nivel de acceso a la Patagonia igual a cero y una formación profesional en ciencia y tecnología inexistente.

Luego, cerca del mediodía nos cayó sin llamarlos un grupo de gente de Río Gallegos que hasta se tomó el trabajo de averiguar nuestros datos en la Sociedad Rural y se trajo a nuestro abogado, a su costo, desde allá para certificar la confianza de las instrucciones científicas que iban a proponernos.

Así pues hoy estamos enlazados a la red de observación LINE/ar Earth Global Observation Network Initiative y hemos aprendido mucho, por ejemplo que las mal llamadas "mutilaciones" de ganado deberían ser denominadas "ablaciones" porque lo que se corta del animal no está por allí tirado, sino que se lo llevan.

Y es que hemos tenido varios casos en Patagonia, nosotros, vecinos y de otros rumbos, y miren ustedes cómo es la cosa ignorante y maliciosa que desde la "podredumbre del misterio" dicen que eso no ocurre en la Patagonia.

Así la vida de los misterios y la edad que llevamos encima, nos permite diferenciar entre lo podrido y lo que no lo está, entre lo honesto y lo desleal, entre la verdad y la mentira, como decía la Patagonia es grande pero en estos últimos meses no hubo mejor representación de la región en Argentino y en el mundo que la del web.blog CEUFO, le pese a quien le pese y le pique a quién le pique, porque lo escrito, escrito está.

Y sobre las publicaciones de calidad, de peso, con contenido y análisis de los últimos 6 meses, nadie de la "podredumbre del misterio" pudo decir nada en contra, eso sí trataron de descalificar las mismas de todas las maneras posibles, algo que los dejó desnudos frente a la sociedad pues demostró que lo único que saben hacer bien es desacreditar, calumniar y hacer correr rumores anónimos maliciosos.

Así, por esas cosas del destino, aunque prefiero opinar que se trata más de trayectoria y dedicación, La Pampa se convirtió en la puerta grande de la Patagonia para acceder a los misterios y para obtener una visión transparente de la realidad, realidad que trasciende lo humano y que por dignidad y respeto se ve reflejada en múltiples publicaciones que han estado no solo anticipadas a su tiempo, sino que además han aportado en tan solo unas líneas rumbos de acción para quienes tienen criterio de análisis y capacidad de discernimiento.

Cuando uno es viejo, esa es la palabra y no otra, más sabe de la vida, y a pesar de los deseos de otros de ocupar nuestro lugar, de los incesantes ataques informáticos y mediáticos, del rum-rum privado y las descalificaciones públicas, lo que uno acumuló en su vida con decencia y buena voluntad, es lo que perdura.

No importa si uno no es millonario, sea un propietario rural o tenga una pensión por vejez, no importa si no podamos tener lo que quisiéramos y contemos las monedas para llegar a fin de mes, no importa si estamos en la ciudad rodeados de gente o en el medio de nada rodeados de cerros y pastizales, lo que importa es el cómo nos entregamos a la búsqueda de estos misterios.

Misterios que para la "podredumbre del misterio" pareciera pertenecerles, ser suyos para beneficio de su propio ego y su propio bolsillo, pero que en lo llano de la soledad de la Patagonia, donde en verdad lo que es se vé como es en realidad, queda claro que esos misterios a nadie le pertenecen.

Un buen amigo de la familia, hombre Patagónico por legado y decencia, nos dijo en una oportunidad que la verdad no está habitualmente donde esperamos que se encuentre, que necesitamos ser objetivos y pensar bien cómo buscarla y que debemos hacerlo con paciencia y meticulosidad, que debemos hacerlo desde nuestro interior, desde el corazón y pensando que las respuestas son para nuestros hijos y nietos.

Ese es el legado del misterio, no otro, el entender que lo que hacemos lo hacemos por otros y no para nuestro beneficio, el aceptar que dentro de nuestras limitaciones y de nuestra visión de proximidad, el mundo es enorme y allí afuera existen tantas respuestas como buscadores honestos dispuestos a encontrarlas.

Gregorio Pérez