1.6.15

ABDUCCIÓN: UNA REALIDAD CON MILES DE PROTAGONISTAS

ABDUCCIÓN


                  El término abducción, tiene por supuesto una interpretación semántica pero al cabo de un profundo análisis, resulta un término muy complejo a la hora de definir su alcance. Sin dudas tiene relación directa con la presencia de seres y naves desconocidas que abducen y transportan a otro lugar a uno o varios testigos y en ese marco es donde comienzan a tejerse las mas variadas conjeturas y la falta de respuestas concretas, significan que una parte de la ciencia está en deuda a la hora de explicar qué ocurre con este fenómeno.
         Desde el punto de vista de la ciencia, abordaremos el tema con la consulta a especialistas que se han identificado en algún momento de su carrera e investigación en procura de una respuesta. Sin embargo, nadie ha emitido una definición sobre el término que a tanta gente ha involucrado.
         Estamos ante un fenómeno inexplicable y que la propia ciencia al reconocer sus limitaciones intenta dejar de lado? Mientras tanto, decenas de testigos afirman vivir experiencias alucinantes que aún hoy no tienen respuesta. Que algunos recuerdan con terror y como una experiencia traumática, mientras otros por el contrario, sostienen que fue extraña pero que les gustaría volver a repetirla.
         A esta altura cabe reconocer que a partir de las experiencias vividas por los testigos, sus vidas no han vuelto a ser las mismas. Como si otras expectativas estuvieran pendientes en los recuerdos que perduran y en los que surgen al momento de indagar los investigadores. Porque hay que reconocer que en algunos casos, en principio recuerdan muy poco, mientras que las vivencias más profundas afloran con el paso del tiempo, generalmente al cabo de varios años.
         Por tal motivo vale sostener aquello de que los casos no se cierran y que el seguimiento por parte de los investigadores y profesionales es necesario.
         Pero en ese marco, también es factible encontrarse con personas que potencialmente pueden haber sido observadores de un extraño episodio, tan sólo en una observación a la distancia de un objeto extraño pero, la mente humana puede jugarle una pasada y generar una trama insospechada, que tan sólo tiene lugar en su mente.
         En tal sentido, a mediados de 2014 un personaje llegó a mi casa y me relató una experiencia alucinante, que como cazador había protagonizado en un campo a unos 140 km de la ciudad de Santa Rosa. El énfasis puesto en su descripción y el aumento de datos increíbles en posteriores reuniones, me permitieron trazar una serie de parámetros que elevados a consulta, dieron como resultado que la fantasía era la principal protagonista en la mente de este “testigo” que no obstante las contradicciones, intentó convertirse en protagonista excepcional de una historia que solamente él puede creerse.
         A esta altura de mi vida como investigador, he aclarado que si no es en la primera reunión, luego de 20 minutos de charla, un investigador experimentado ya tiene un perfil de su entrevistado. Las nuevas reuniones no hacen más que fortalecer la postura, lo que hace que quien quiere convertirse en protagonista, sólo intente embarullarse más en su propia historia que se vuelve insostenible.
         Este tipo de experiencias no son comunes en el interior, precisamente por la idiosincrasia de los pobladores de “la pampa profunda”, y quienes pretenden convertirse en forzados protagonistas, son precisamente gente que llegado de otras latitudes, especialmente de grandes ciudades y por algún raro comportamiento, buscan el protagonismo con estas historias que afortunadamente caen por su falta de consistencia y se evita la pérdida de tiempo. 

25.5.15

¿Quién se lleva el agua de los tanques? NOTA III

Misteriosas ausencias del líquido vital




La aparición de tanques australianos vacíos de la noche a la mañana, obligó a entrelazar la presencia de las extrañas naves por la región y su potencial relación con los episodios de mutilación de animales.
Los tanques son los clásicos reservorios construidos para almacenar agua para la hacienda, abastecido por el infaltable molino de viento y según sus dimensiones pueden tener una capacidad que normalmente va de los 30 mil a los 300 mil litros del vital elemento.
Pero ¿quién puede transportar semejante cantidad de agua en horas o minutos sin dejar la mínima señal?
El interrogante no era nuevo para nosotros porque ya a fines de la década de los años ’70 del siglo pasado recogimos los primeros relatos, pero fueron hechos muy aislados que como explicación determinaron la potencial causa a una vieja filtración o rotura de algún sector, aunque nadie encontró jamás la falla cuando lo volvieron a llenar.
Otro relato llamativo respecto a la posible extracción de agua lo obtuve en la zona rural de Telén, donde un vecino que circulaba por la ruta 10, una noche en la que una tormenta se cernía sobre la región, observó un gigantesco con forma de disco suspendido sobre una laguna que se observa en dirección a la Escuela Hogar. El testigo aseguró que del plato volador salía algo con forma irregular “como si fuera el tronco de una parra” según sus propias palabras y que se introducía en la laguna. Eso le hizo suponer que estaba extrayendo agua. Era de madrugada y no tenía a quien avisar para que viniera a observar el extraño espectáculo por lo que decidió ir hasta su casa, en la localidad de Victorica y regresó con una filmadora Panasonic M 9000 pero al regresar, “el plato ya no estaba”.
Los episodios masivos de tanques vacíos comenzaron a llegar en el año 2002, justamente cuando toda la atención estaba centrada en las mutilaciones animales.
Ese año, el médico veterinario Daniel Belot comprobó en varios establecimientos del oeste de la provincia de Buenos Aires la especie y le llamó la atención que en el fondo de los tanques, se hallaran gran cantidad de algas secas “como si las hubieran cocinado”.
Nadie se explicaba el nuevo fenómeno, mientras tanto los tanques de la región comenzaron a quedar secos de la noche a la mañana, como señal de que algo anormal estaba ocurriendo.
A esta altura obviamente comenzamos a preguntarnos qué relación tenía la extracción del agua con las mutilaciones de animales.
Los episodios se repitieron por decenas también en la provincia de La Pampa y al igual que las mutilaciones, nunca cesaron. Hoy en día, al menos una vez por mes, recibimos el informe que en determinada zona de la provincia “un tanque apareció vacío”.
Los relatos más contundentes seguramente tienen que ver con la comprobación de los hechos en el escaso tiempo que le demandó a los extractores para hacerse con el líquido elemento.
En tal sentido, tuve oportunidad de escuchar el conmovedor relato de un productor del norte de la provincia de La Pampa, de la zona rural de la localidad de Parera que contó que una noche, antes de irse a dormir, fue hasta la casa del encargado para preguntar si necesitaba que le trajera algo del pueblo al día siguiente.
Para llegar a la vivienda, debía recorrer un trayecto de unos 80 metros por un sendero que obligadamente hacía que sus pasos pasen al lado del tanque australiano. Eran poco más de las 22 horas y cuando pasó al lado del tanque todo era calma y estaba normal. Tan sólo 15 minutos después, el tiempo del diálogo que mantuvo con el empleado, cuando volvió a pasar por el tanque… estaba vacío!!! Sin que ellos repararan en ningún tipo de anormalidad.
Al día siguiente, dispusieron el trabajo del molino para volver a llenar el reservorio, luego de lo cual comprobaron que no tenía pérdidas de ningún tipo y hasta el día de hoy, presta su servicio normalmente.
Fue precisamente en la misma época en que también en zonas de quintas de algunas localidades se detectó el mismo fenómeno. Un funcionario municipal de la localidad de Toay, unos 10 kilómetros al SO de la capital pampeana Santa Rosa, había dejado todo preparado para iniciar la temporada de verano en una quinta de su propiedad. La pileta de unos 14 metros de largo por 6 de ancho estaba llena hasta el borde. Lo comprobó un domingo a las 22 horas.
A la mañana siguiente antes de concurrir a trabajar pasó por el lugar y con sorpresa comprobó que una buena parte del líquido ya no estaba. Apesadumbrado por lo que suponía una filtración y el trabajo que deberían realizar para sellar la pérdida justo al comienzo del verano, le dio aviso a su hija de profesión arquitecta que llegó al lugar a realizar las mediciones pertinentes.
La sorpresa no terminó ahí, las pruebas de profundidad realizadas no indicaban que hubiera una fuga de agua en los alrededores de la pileta, por lo que requirió el auxilio de un colega ingeniero en construcciones que confirmó las pruebas realizadas. Volvieron a llenar la pileta y… ya no hubo fuga.
El propietario del lugar estimó que para llevarse la cantidad de agua que faltaba, unos 50 mil litros, hubieran sido necesarios al menos 9 camiones regadores para su transporte pero, no había ninguna huella en decenas de metros a la redonda. Por tal motivo, comenzó a preguntar a sus vecinos si habían observado o experimentado algo extraño la noche que le robaron el agua y, una vecina le confirmó que su hijo había visto algo y que estaba muy asustado. En un corto diálogo el jovencito que regresaba de madrugada a su casa, contó que suspendido sobre la pileta había un objeto redondo y luminoso de gran tamaño, aunque no observó más detalles que orientaran la presencia de algún ducto para elevar el agua.
En la zona rural de Miguel Riglos, una madrugada el encargado observó movimientos extraños en el campo. Los animales estaban nerviosos, los perros aullaban y escuchaba correr y relinchar los caballos. Miró por la ventana y vio algo que lo conmovió de tal manera que desde ese día no quiso quedarse más solo de noche en el campo. A la mañana siguiente, el tanque de 300 mil litros de agua estaba vacío.
No hubo posibilidades de mantener un diálogo directo con el testigo porque según los administradores del establecimiento estaba muy conmocionado y ni siquiera a ellos les había podido describir lo que vio o vivió.
Por este tipo de episodios es común que en los establecimientos rurales mas pequeños, nadie se quede de noche y la presencia del hombre se observa sólo de día.
Otro de los grandes reservorios vacíos, con una capacidad también de 300 mil litros se produjo en la zona de Conhelo, al norte de la provincia de La Pampa. También de la noche a la mañana el tanque apareció inexplicablemente vacío, para lamento de los propietarios ya que según la época del año, el agua suele ser muy escasa.

17.5.15

MUTILACIONES: TRECE AÑOS DESPUÉS… NOTA II


Las mutilaciones de animales no dejan de ser un misterio sin respuesta y vale la pena pasados los trece años hacer un balance y un nuevo análisis a fin de evaluar un fenómeno que arreció en los años 2002 y 2003 por la cantidad de sucesos registrados. Si bien los años posteriores la cifra disminuyó, nunca dejaron de aparecer en cantidades menores pero en forma constante cada mes las estadísticas se mantuvieron entre dos y una decena de animales en la región pampeana, manteniendo la angustia de los productores que nunca tuvieron una respuesta que satisficiera sus interrogantes.
Ratón hocicudo rojizo, la especie "acusada" de las mutilaciones
Los episodios también en algunos casos aparecieron con los tanques australianos de varios establecimientos rurales vacío en forma inexplicable, porque cuando los volvieron a llenar, la carga se mantuvo en forma normal, lo que indica que “alguien” sin dejar el mínimo vestigio de su accionar, se llevó el líquido elemento.
La cantidad considerablemente menor de animales muertos con los clásicos cortes registrados definidos como mutilaciones extrañas, en muchos casos generó además de la resignación de los productores a sufrir una pérdida inexplicable, a quedarse callado y no realizar denuncia del episodio, lo que se traduciría en una cuestión burocrática ya que luego de radicar la denuncia en sede policial, los productores son citados a los estrados judiciales a reafirmar sus dichos, lo que en ocasiones representa el costo de un viaje y el suceso queda sin respuesta.
Otra imagen del RHR, especie que según los especialistas pampeanos
no podría sobrevivir a la rigurosidad del clima.
Un lector del blog preguntó si había imágenes del “famoso ratón hocicudo rojizo” y en realidad, hoy exponemos fotos es la especie que NO se conoce en La Pampa. Oportunamente, el desaparecido responsable del Museo Provincial, Dr. Gustavo Siegenthale reconoció al grupo de investigación que como responsable de la cantidad de trampas colocadas, jamás se capturó ningún ejemplar de la especie en cuestión y fue más allá “tampoco podría sobrevivir a la rigurosidad del clima, especialmente en invierno”. Lo dijo y sostuvo una autoridad del tema.
A esta altura resulta extraño que a nivel oficial no se hayan dispuesto medidas a fin de brindar a los productores una idea del fenómeno. Como tampoco políticas más allá de los estudios primarios realizados por profesionales relacionados con la rama veterinaria y la intervención de la Facultad de Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa a principios de la década del 2000.
Por otra parte desde las Fuerzas Armadas tampoco se han visto maniobras, al menos perceptibles, de búsqueda, mas que sondeos realizados a algunos investigadores en busca de algunas pautas, ante lo que sin dudas representa una violación del espacio aéreo, al momento que muchos testigos mencionan la presencia de “luces” o extrañas naves que por su proximidad, relacionan con el fenómeno de la mutilación de animales.
Sin embargo, se sabe que hay existido contactos y comunicaciones al respecto con otros países pero se mantienen en reserva inexplicablemente, cuando toda una sociedad se pregunta y está expectante muchas veces a la información que brindar los investigadores que con esfuerzo se desplazan por las distintas geografías en busca de una respuesta y de alguna manera, dan contención a los productores que tienen muchas preguntas sin respuesta.
El hecho de haber podido recorrer miles de kilómetros en busca de la pista que permitiera al menos esbozar una hipótesis de trabajo, la que luego habría que demostrar, no significa que los investigadores de campo tengan la respuesta definitiva. Tan sólo a fuerza de voluntad y el reconocimiento de algunas instituciones, han logrado ser el nexo entre los científicos que seriamente se comprometen con el fenómeno pero prefieren mantener su nombre en el anonimato para evitar complicaciones. Eso habla a las claras que a nivel oficial no se quiere abordar el tema al menos disponiendo medidas en busca de una respuesta.
Pero transcurridos estos años, no podemos soslayar algunos detalles que con el correr del tiempo hemos podido advertir, lejos de la intensidad de las recorridas que realizamos en los años 2002, 2003 y 2004. Con detenimiento, e intercambiando impresiones y detalles con investigadores de otras regiones, estamos en condiciones de sostener que si bien existieron patrones “clásicos”, también se han encontrado señales de actitudes inteligentes por parte de los responsables del fenómeno y además, cierta interacción con los testigos y esos detalles vale la pena tenerlos en cuenta.
Decenas de testimonios recogidos en los primeros años, señalaban la presencia de “luces” de distinta coloración, con formas diferentes que variaban desde una esfera hasta un triángulo. Las coloraciones viraban del rojo al amarillo, naranja y azul y eran perfectamente distinguibles durante la noche. Pero también hay relatos de presencia de extrañas naves a plena luz del día, con forma definida, que provocaban una reacción en el ganado que huía despavorido en la dirección contraria en la que se desplazaba la nave. Eso se traduce en una reacción de los animales ante el peligro, algo que es una natural respuesta instintiva seguramente, pero no podemos soslayar una percepción particular ante un evento de estas características.
Pero no todos los episodios en los que apareció un animal mutilado se relacionaron con luces, así como no todos se relacionaron con la falta de agua de los tanques australianos.
Hubo un caso particular en el que un grupo de cuatro rudos cazadores observaron una extraña figura junto a un animal en una oscura noche pampeana. Cuando enfocaron el reflector hacia el animal al que escuchaban mugir con cierta desesperación, vieron una extraña figura oscura de la que se destacaban con notoriedad sus ojos de color rojo. Los cazadores decidieron acercarse pero al momento de relatar la experiencia reconocieron que sintieron una rara sensación ante la desconocida presencia. Avanzaron lentamente sin dejar de iluminar al extraño ser del que sólo describieron los ojos y estimaron que su altura no superaba 1,60 m.

En ningún momento se les ocurrió esgrimir algunas de sus potentes armas, estaban impactados con la visión al punto tal, que tampoco avanzaron a gran velocidad, sino que lo hicieron lentamente. Advirtieron que el extraño ser, de color oscuro comenzó a alejarse del animal pero siempre mirándolos fijamente con sus ojos rojos y hasta ensayan un gesto de cierta amenaza. El ser se desplazó hasta un bajo y luego se internó en un monte. Mientras los cazadores atónitos observaron que el animal tenía un profundo hueco en su ano, por lo que estimaron que habría parido un ternero. La experiencia los decidió a abandonar por esa noche la cacería y regresaron al casco del establecimiento donde se acostaron. Al día siguiente, luego de comentar la experiencia se trasladaron al lugar con el encargado del campo y encontraron el animal muerto y con las clásicas mutilaciones. Obviamente decidieron abandonar la cacería y regresar a la ciudad. Tres de ellos sufrieron un impacto emocional considerable al punto tal que no querían referirse al tema públicamente y sólo lo hicieron en contadas ocasiones ante un pequeño círculo familiar. El cuarto cazador decidió compartir la experiencia con el autor de este trabajo y así se pudo ubicar geográficamente la zona y realizar algunas recorridas por la región que no arrojaron otros resultados.