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En este link podrás acceder a la investigación de campo seria y objetiva
Centro de Estudios UFO de La Pampa, Patagonia Argentina. Información referente al fenómeno OVNI. 49 años de estudios de campo. "Platos voladores", ovni, ufo, se habla de seres extraños, extraterrestres, abducción, mutilación de animales, informes especiales. PROHIBIDA LA REPRODUCCION DEL MATERIAL DE ESTE BLOG SIN LA EXPRESA AUTORIZACION ESCRITA DE SUS RESPONSABLES
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Todo en el marco del 40° aniversario de la fundación del
Centro de Estudios UFO Patagonia el 3 de marzo de 1983. La seriedad del
tratamiento de un tema que desde siempre atrajo la atención del hombre, en un
fenómeno que convive desde tiempos inmemoriales.
La programación será de 18 a 20 horas de Argentina y se
puede escuchar a través de www.radiocut.fm
sitio en el que se debe buscar la señal de Radio La Tosca. Además será retransmitida
a nivel internacional por una plataforma a todo el mundo con 60 segundos de
diferencia, traducida a diferentes idiomas y como siempre, cada programa será
alojado para su descarga en www.ivoox.com copiando
el siguiente enlace directo https://www.ivoox.com/podcast-podcast-puente-2001-el-otro-lado-lo_sq_f147622_1.html
40 años no son poca cosa y esa experiencia servirá para
rescatar vivencias de la investigación de campo que también se difundirán en el
flamante canal de youtube bajo el nombre reconocido en todos los ámbitos como “PUENTE
2001… el otro lado de lo insólito”.
En ese contexto se destaca la celebración que se desarrollará
el día 4 de marzo en la ciudad de Santa Rosa con una programación que daremos a
conocer durante las emisiones de este mes que contará con la participación de invitados
especiales.
Pero la actividad en el campo, en particular en la
Patagonia se mantiene en uno de sus picos más importantes, porque no sólo hubo
intensa presencia en los mares sino también en zonas rurales. Y mientras algunos
que se dicen investigadores “refritan” casos de 15 o 20 años, porque es más
cómodo hacerlo detrás de una pantalla, la verdadera noticia se mantiene activa,
pero para avanzar, hay que trabajar seriamente.
El día 17 de noviembre se produjeron dos significativos
hechos concretos en distintos escenarios de la provincia de La Pampa y
mantendremos las identidades de los protagonistas por expreso pedido, a fin de
evitar el acoso de los “investigadores por teléfono”. Los dos episodios son
parte de un amplio arco de hechos producidos en dos zonas en las que durante
todo el año los lugareños denunciaron e inclusive fotografiaron y filmaron
OVNI.
EPISODIO I
El primer caso se produjo durante la mañana del día 17de
noviembre, en el Oeste de La Pampa, en inmediaciones de un puente del Río Atuel,
en el que un joven realizaba tareas de filmación con un dron. Imprevistamente
perdió la señal de un aparato de última generación en una distancia que estimó
unos 70 metros del punto de partida según el registro. En su búsqueda elevó un
dron más pequeño, pero apenas levantó vuelo, escuchó una voz “¿qué… perdiste un
dron?”. El operador giró y a unos 50 metros había una mujer mayor con un perro.
Intentó acercarse para conversar y la extraña mujer le dijo “no… de ahí nomás”,
por lo que decidió bajar el dron y en el momento que giró para recibirlo y volvió
la vista… la mujer ya no estaba. Era imposible que desapareciera porque sería
visible por la vegetación baja de la zona.
Conmovido por la experiencia, decidió dar por perdido el
dron grande y se fue del lugar. Poco después un familiar avisó al CEUFO del
extraño episodio y con la intervención de gente destacada en la zona, se
realizó un amplio rastrillaje sin resultados pero, lo sorprendente es que sí,
se hallaron los rastros de la mujer y el perro, que “desaparecen”
inexplicablemente.
Obviamente la investigación y los rastrillajes
continuarán en los próximos días y brindaremos los avances a nuestros
seguidores.
EPISODIO II
Esa misma noche. En otro lugar pero a 300 km de distancia
hacia el Este y tomando como referencia la ruta Nacional 35, un empleado rural
recorría un amplio cuadro en un vehículo y observó un extraño objeto luminoso
de considerable tamaño, suspendido silenciosamente. Le informó por teléfono a
su esposa, quien le sugirió que cortara la comunicación y lo filmara.
El registro es el que compartimos y nuestros seguidores
podrán apreciar el objeto, inclusive un “pulso de luz” que se desplaza de
derecha a izquierda a mayor altura. El OVNI permaneció un tiempo considerable
hasta que el testigo observó que “desapareció”.
Pero la historia continuó al día siguiente cuando
advirtió durante la recorrida por las dos estancias a su cargo que “¡¡¡todos
los tanques de agua estaban vacíos!!!”
Los seguidores del CEUFO saben que esto es sólo el
comienzo de una nueva investigación seria y objetiva, por lo que en la medida
que avancemos, compartiremos con Uds. en nuestra web y redes sociales y el
relato en nuestro podcast en spotify.
Era imposible imaginar el cierre de una serie con gusto a
“poco”, aunque la mayoría sabe que en ocasiones no se cuenta todo y las razones
para eso sobran. Su Epílogo es fundamental a partir de las reflexiones de
centenares de lectores que se expresaron en varios foros pero en especial el de
maracodigital.net que abordó el tema con la objetividad que lo distingue. Y
allí se ven las reflexiones de los que sabe leer entre líneas e intuyen que
esto no terminó acá y también de los que nunca hacen nada pero “tocan de oído”,
aparentando saber.
Y en este tramo, debo reconocer el aprendizaje recibido
por las reflexiones positivas, porque además del interés real de quienes se
expresan, hay una búsqueda consciente de respuestas y en ese intercambio
virtual hecho desde el llano y no desde un pedestal, también aprendo.
No puedo dejar de mencionar la cantidad de simpatizantes
del CEUFO en cada rincón de la Patagonia y por qué no decirlo de Argentina y
también del exterior, lo que me permite afirmar con orgullo que son “los mil
ojos del CEUFO”, que escudriñan atentos no sólo los cielos, sino las costas,
los mares y las montañas y cuando se relata un caso, se sabe que es real.
Algún lector planteó el corte abrupto del relato y no
deja de ser una interpretación individual. Lo que sí quedó expuesto es que el
tema no es nuevo, que hubo decenas de episodios en los mares argentinos y la
mayoría permanecen como “reservado” o “confidencial” pero todos sabemos que la
verdad en algún momento emerge, inexorable. De hecho, algún ex capitán ya está
en contacto con el CEUFO, precisamente porque confía en la forma de dar a
conocer esa verdad, sin sensacionalismo.
Debo reconocer que además algunas reflexiones fueron muy
simpáticas, otras cáusticas hacia un sector poco serio de la ovnilogía y otras
con destacados conocimientos de regiones, historia y fundamentalmente con
criterio, lo que generó la inquietud de relanzar un foro como los que funcionaban
mediante correo electrónico, es decir “a la antigua”. Como a fines del siglo
pasado y cada uno de los interesados reales, serán invitados a integrar, para
avanzar con debates sobre “lo que no se puede publicar”.
Sin dudas, esta idea entusiasmará a la gran mayoría
(porque seremos muchos) y nos permitirá “filtrar” a esa paupérrima minoría que trató de minimizar los
hechos a partir de una postura pueril: “son mentiras”, porque evidentemente
están acostumbrados a eso y no pueden responder cuando los desmienten. Porque a
esta altura, ninguna entidad oficial salió a negar los sucesos en los que los
OSNI son protagonistas y eso marca la diferencia con algunos improvisados que si
dispusieran todos esos elementos, no dudarían en organizar “un congreso” con
venta de entradas anticipada.
P.D.: Los intentos de hackeo a este blog, se repitieron hasta que impiden anexar una foto ilustrativa. Lo importante, está dicho.
A partir de la “primicia” comenzaron las improvisaciones
y la difusión de supuestos diálogos de pilotos que nunca se identificaron y que
fueron descartados por las torres de control de la región. Las improvisaciones
continuaron con una “supuesta persecución”, la que nunca existió y todo se
diluyó en “los 5 minutos de fama”.
Al abordar el tema seriamente, se puede afirmar que este
tipo de episodios son más frecuentes de lo que suponemos y los protagonistas
evitan mencionarlos para evitar el papeleo posterior y los test psicológicos a
los que deben someterse cuando esto trasciende.
El “Caso Polanco” producido en 1995 cuando un avión de
Aerolíneas Argentinas y otro de Gendarmería Nacional se disponían a aterrizar y
observaron un OVNI en un extremo de la pista de aquella ciudad e inmediatamente
se produjo un corte en el suministro de energía eléctrica, lo que generó
maniobras de las aeronaves para descender cuando la electricidad volvió a la
pista.
Al aterrizar, el comandante Jorge Polanco hizo púbica la
experiencia en la convicción de haber vivido un evento único, sin evitar que su
nombre trascendiera y asumiendo la responsabilidad con el respaldo de su
experiencia de años, suficiente como para descartar que podría haberse tratado
de “las luces de un reflector”.
Lo positivo que deja este tipo de experiencias es que la
gente común está ávida de saber un poco más, de algo que “está ahí” y sobre los
que muy pocos pueden hacer afirmaciones.
Este tema
despertó el interés de mucha gente. En particular de algunos grupos del
exterior uno de los cuáles y con intereses oficiales intentó el hackeo de este
blog, sumado a algunas “advertencias” por posibles derivaciones geopolíticas.
Lo importante es que se instaló un tema a debatir del que seguramente se
desprenderán interesantes conjeturas y eventualmente hipótesis a tener en
cuenta en el estudio de algo que sin dudas producirá un cambio radical en el
campo de la investigación metódica y seria.
En ese
marco, vale destacar el aliento de científicos, nacionales y extranjeros;
grupos de investigación del exterior que bregan por la verdad en esta incesante
búsqueda, que fijaron postura e hicieron llegar su reconocimiento.
A esta
altura de los acontecimientos, estimo que está totalmente descartada la
posibilidad que protagonista del incidente haya sido un submarino por las
dimensiones expresadas por los protagonistas que estimaron que se trataba de
“algo gigantesco” de por lo menos 600 metros de diámetro, sobre todo si tenemos
en cuenta que el submarino más grande del mundo es el ruso “Bergorod” con 184
metros de largo y le sigue el norteamericano “Ohio” con 170 metros. Ambos, así
como todos los demás submarinos menores tienen alguna clase de torretas que van
por sobre el casco y que en el caso de acercarse al nivel de superficie, tanto
como para tocar la hélice y timón del pesquero, se dejaría ver en algún lugar
alrededor del barco.
Lo que sí
descarto es que el incidente tuvo como objetivo hundir el barco pesquero argentino,
que regresó a un puerto nacional prácticamente “escoltado” por el misterioso
objeto. En tal caso y dejando volar la imaginación, se podría interpretar que
se trató de “un accidente imprevisto” en sus maniobras.
Este, no es
un caso más y sienta un precedente que sí se debe estar debatiendo en ámbitos
geopolíticos, sobre todo, si revisamos los antecedentes de episodios similares
que no se han difundido oficialmente y del que contamos con certeros informes.
Todos producidos en ámbito submarino y que han involucrado buques de distintas banderas.
Eso deja
la puerta abierta para continuar con la investigación y la proyección de un
viaje a la zona austral a principios del próximo año. La complejidad del tema,
sobre el que está puesta la lupa de las principales potencias, conscientes de estar
ante algo desconocido que no responde a la tecnología convencional, significa
que intentan saber algo más, pero en riguroso secreto. ¿Cuál es el fin de esa
actitud? Inexplicable, porque sin dudas, en forma inexorable estamos cerca de
conocer una realidad que se oculta al resto de la sociedad.
(by Quique Mario – CENTRO DE ESTUDIOS UFO)
En
ese marco, destacaron que ningún medio de comunicación tradicional del país
abordó el tema lo que supone una orden especial de “no hablar de ciertas cosas”,
mientras que agencias de noticias del exterior hicieron referencia y pusieron
la lupa en la región. También es real que no hubo ningún reclamo diplomático por
parte de Inglaterra, lo que permite evaluar la presencia de algún grupo privado
que realizó el auxilio al pesquero argentino, que además resultó testigo del
incidente y contaría con una visión privilegiada y registro en imágenes el episodio.
Al
margen de toda especulación y continuando con el relato de la apasionante
historia de un buque argentino con “algo” sumergido, nuestro interlocutor
afirmó que en medio de la confusión “las luces del pesquero se prendieron.
Parece que “el inglés” (que a ciencia cierta, dudamos haya sido inglés) junto
con el oficial de máquinas, habían logrado reparar el desperfecto eléctrico”.
El capitán ordenó poner marcha completa y la hélice golpeó contra algo
metálico que estaba abajo del pesquero y chirrió a medida que avanzaba a motor
pleno por varios segundos, “el hombre calcula que la hélice estuvo golpeando
metal por al menos 60 metros!! y que lo que estaba abajo del pesquero era mucho
más grande”.
A medida que se alejaban, el capitán
le preguntó al “inglés” si no quería que dieran con rumbo para Malvinas que
estaba más cerca, al menos si naufragaban estaban cerca de tierra. Este preguntó
por handy y desde el helicóptero le respondieron que no, que sigan a toda
velocidad que el objeto sumergido iba detrás de ellos. El pesquero estaba a
unos 400 km de Punta Loyola, el puerto más cercano en el continente.
Durante una hora, el helicóptero los
siguió desde altura iluminando el mar e informando que el objeto seguía detrás
del barco y 20 horas después, el pesquero estuvo con rumbo de proa directamente
hacia Punta Loyola, con problemas de comunicación, sondeo y radar. Después se
dieron cuenta que el segundo golpe había volado la antena de radio, del radar y
la torre de cableado del sondeo, cosa normal en un pesquero que no es nuevo y
cuyas partes más expuestas se oxidan más rápido.
La única comunicación que tenían era
un teléfono satelital que varias veces falló al comunicarse con emergencias
navales y para ubicarse, disponían de un GPS que en la ubicación en 51°24' Sur
y 66°45' Oeste, alrededor de la media tarde siguiente, la hélice volvió a
golpear contra algo metálico mientras iban solos en medio del mar. Recordó que
“el inglés” les recomendó tirar todo el peso por la borda, jaulas, carga, todo,
cosa que hicieron y él mismo se fue a la popa del barco y descargó contra el
mar todas las municiones de la pistola que llevaba, algo que suena ridículo
pero ante la situación de algo que los seguía era una medida desesperada.
En tanto el capitán ordenó prender 2
tambores con trapos, sillas y otros combustibles en cubierta para hacer humo
con la esperanza que los viera algún barco o aeronave y les llegara rescate,
cosa que no ocurrió.
El testigo enfatizó que “ya casi de
noche ese mismo día en que llegó a puerto, en 51°28' Sur y 68°04' Oeste vieron
como el mar se levantaba a unos 300 metros del pesquero por algo que se movía
por debajo y que dio toda una vuelta por estribor hacia popa para después dejar
al mar tranquilo de nuevo. Pensaron que en ese momento se hundían pero después
de eso, no tuvieron ningún otro incidente y el teléfono satelital comenzó a
funcionar bien.
Pudieron avisar a un conocido del
capitán en puerto San Julián para que los asista la gente de Punta Loyola donde
iban a llegar a las horas. Aseguró que “los ingleses” les pidieron “confidencialidad”
por la situación y les contaron que no era el primer encuentro de esa clase que
ellos conocían en la zona, pero que nunca los habían creído y jamás habían
escuchado de uno tan violento y de tantas horas. Mucho menos que el objeto
persiguiera de alguna forma al pesquero.
Los dos “ingleses” fueron trasladados
con el herido en ambulancia a Río Gallegos y de allí no se supo más de ninguno
de los 3. Después me enteré que el capitán había hecho una revisión por buceo
del pesquero en el muelle de Punta Loyola y parece que descubrió que la hélice
tenía los filos de las palas todos doblados y el timón principal estaba
arrancado, pero que el soporte de los timones laterales, así como los timones
mismos estaban en buen estado. Para evitarse todo el papeleo burocrático y evitar
que le retengan la nave, decidió soltar amarras e ir por costa a reparar el
daño al norte.
Sin dudas el episodio es apasionante
y por supuesto continuará en una próxima entrega, en la que intentaremos avanzar
en la comprensión y analizar por qué en supuestos ámbitos oficiales se decide
mantener “el silencio”, cuando está demostrado que es imposible “tapar el sol
con las manos”... la verdad emergerá inexorablemente.
EXCLUSIVO:
LA VERDADERA HISTORIA DE LAS VACAS MUTILADAS DEL 2002
Si bien
el gobierno cerró el caso culpando al ratón hocicudo como la causa de las
mutilaciones, Revista Bife consiguió un informe exclusivo de la Facultad de
Veterinaria de Pico que desmiente el veredicto oficial. La historia de Alberto
Pariani, el investigador más riguroso, cuyos acontecimientos cambiaron su vida.
Los campos electromagnéticos. El testimonio de agentes del Senasa, productores
agropecuarios y veterinarios que aseguran la presencia de una tecnología
desconocida en el planeta Tierra
By León Nicanoff /
Llegué
a los casos de las vacas mutiladas y su relación con los ovnis pensando en un
tema que represente a la provincia, ya que la experiencia extraterrestre
en este suelo es un fenómeno que está instalado en el imaginario pampeano.
Recuerdo aquellos meses de junio y julio de 2002, durante la niñez, llenos de
magia. Eran momentos en que las paredes de la realidad se podían amoldar a
otras posibilidades, de modo que subíamos al techo de nuestra casa con ojos
chispeantes y buscábamos en la infinita noche objetos voladores y contactos con
seres de otro planeta. El misterio gobernaba nuestras vidas. Eso ya no ocurre;
pero ahora, a 20 años de aquellos interesantes meses de invierno, dejamos
de lado los múltiples relatos paranormales que pululan en esta llanura para
centrarnos en datos objetivos y testimonios verídicos.
Porque
esta no es una historia de abducciones y luces incandescentes, ni de hombres
que cazan extraterrestres o mujeres embarazadas por alienígenas. Nada de eso.
Esta es la historia de un enigma no resuelto:
¿Quiénes
mutilaron las vacas del 2002?
Si bien
el gobierno, a través del Senasa, decidió rápidamente cerrar el caso
sosteniendo que las muertes habían sido naturales y las mutilaciones producto
de un ratón hocicudo rojizo que ni siquiera habitaba en La Pampa,
hemos conseguido datos y pruebas (más precisamente un informe de la
Facultad de Veterinaria) que demuestra la mentira oficial.
Pero,
sobre todo, ésta es la historia de un veterinario escéptico que ingresó al
mundo de la ufología y su vida cambió para siempre.
Fue así que dimos con el contacto de Alberto Pariani cuando abrimos los archivos del 2002. Dos sucesos marcaron ese año: la crisis socioeconómica y política y el fenómeno de las vacas mutiladas. En Argentina renunciaban y asumían presidentes, morían los manifestantes Kosteki y Santillán, la pobreza ascendía al 60% y comenzaban a aparecer vacas mutiladas. En abril se registró la primera, en un campo de Saliquelló. Al mes siguiente ocurrió en Leubucó y ya para junio el fenómeno estaba desatado, sobre todo en el centro del país (se habló de unos 1500 casos). Alberto, oriundo de Darregueira, tenía 35 años, un hijo y ya estaba radicado en Pico donde daba clases y preparaba su tesis doctoral cuando recibió el llamado de un policía que lo cambió todo.
Le
solicitaba su participación para analizar el caso de una vaca mutilada en
el Paraje La Araña. Alberto aceptó indiferente, “un cazador más que
mató a un animal”, pensó. Y siguió abocado a las tareas terrenales que le
consumían el día, porque Alberto se consideraba un hombre intranquilo, un “polvorín” que
iba a “mil por hora”; no sabía que aquel viaje iba a modificar para
siempre su personalidad.
Se
subió al vehículo con Jorge Dubarry y Abel Errea, dos de sus
colegas. A los costados del camino de tierra por donde viajaban, el pasto puna
estaba blanco y escarchado. La camioneta tardó en llegar a La Araña. Tuvieron
que pasar por el casco del campo, un sendero incómodo, difícil, a través de un
guadal en el que un equipo periodístico quedó varado en la arena blanda, hasta
encontrar al animal.
La
experiencia extraterrestre es un fenómeno que está instalado en el imaginario
pampeano
Bajo un
cielo despejado en esa helada mañana pampeana, los veterinarios vieron algo que
se iba a repetir de manera idéntica y masiva durante los dos meses
siguientes: una vaca mutilada con extrema prolijidad y en forma circular,
sin sus ojos, oídos, lengua, genitales externos e internos, es decir, los
órganos relaciones con el ciclo estral (lo que desencadena el celo en
el bovino). La vaca yacía en un escenario sin signos de forcejeo ni de
movimientos de tierra o vegetación quebrada, ni rastros de animales
carroñeros.
Con
guantes, barbijo y delantal, Alberto se acercó al animal para realizar la
necropsia. Sacó del bolsillo su celular y notó que la batería se
descargaba hasta el final. Miró el cielo: una bandada de palomas se
desorientó al pasar por ese punto. Con extrañeza regresó sus ojos al animal
muerto, a los cortes milimétricos, a la ausencia de sangre y a los huesos
limpios como una esfera de vidrio lustrada y pensó que eso no era obra de
ningún carroñero. ¿Una persona? ¿Pero cómo podría actuar tan rápido, de la
noche a la mañana, y en ese sitio tan inaccesible? Frente a la vaca mutilada,
se detuvo un instante en esas cavilaciones hasta que miró a su alrededor
y vio cómo otros animales lo rodeaban, a él y al bovino, en un círculo
aislante, y comprendió que algo extraño estaba pasando.
Mutilación de bovino
-Un
campo electromagnético-, aporta Alberto, un dato poco conocido en el misterio
de este fenómeno. -Un campo electromagnético se formaba alrededor del
bovino mutilado durante 24 horas. Eso lo podíamos constatar porque durante
un día los animales no se acercaban, se mantenían a una distancia de unos
5 metros. Además en ese círculo las baterías de los celulares se descargaban
y a las personas se les caía el plomo de las muelas cariadas.
El
equipo de Revista Bife está sentado con Alberto Pariani en su oficina
en medio del predio de la Facultad de Veterinaria de General Pico, donde todo
comenzó. Afuera hay un terreno amplio lleno de árboles y hojas que se
arremolinan y edificios separados. Alberto mira por la ventana. “Qué lindo es
este lugar; antes cuando estaba afuera del país trabajaba en un sitio triste y
cerrado, pero a mí me gusta este lugar”, dice.
Luego,
con los ojos clavados en la pantalla de su computadora abre y cierra carpetas
de las mutilaciones de ganado y otros fenómenos ocurridos desde 2002 hasta la
fecha. En aquellos años trabajaba en su doctorado, pero la información que
recopiló sobre fenómenos ufológicos superó la de su tesis, que quedó en un
segundo plano.
Alberto
Pariani, en su oficina en la Facultad de Veterinaria de General Pico
Es 2002
y Alberto toma una muestra del animal muerto y, junto a sus colegas, cortan
partes del ganado para estudiarlas detenidamente en el laboratorio. A partir de
acá comienzan a sucederle una serie de hechos espeluznantes que hasta el
día de hoy no puede explicar.
15 días
después de su primer encuentro, recibió otro llamado extraño. Era la voz de una
mujer que hablaba un español americanizado. Le explicaba ser la secretaria del
doctor Colm A Kelleher, un investigador que desde los años 70 estudia las
mutilaciones en Estados Unidos. Se presentaron.
–Están
pasando un primer pico de animales mutilados- le dijo el doctor.– En los
próximos 20 días tendrán otro pico y luego van a tener casos aislados.
Aunque
no sean noticia, hasta el día de hoy hay un promedio mensual de entre 2 y
12 bovinos mutilados en La Pampa.
Un
campo electromagnético se formaba alrededor del bovino mutilado durante 24
horas. Eso lo podíamos constatar porque durante un día los animales no se
acercaban
Colm A
Kelleher pasó a describirle las mismas características con las que se había
encontrado Alberto: desaparición de órganos vinculados al ciclo estral, cortes
quirúrgicos, ausencia de sangre y huesos limpios.
–Van a
ver animales vivos y al día siguiente los encontrarán mutilados– agregó el
norteamericano.
Alberto
escuchaba atento. Le dijo “doctor, lo invito a que venga para que estudiemos
juntos los casos”. El doctor le respondió que si llegaba a encontrar algo más
que él, venía a Argentina.
–Van a
llegar hasta un momento determinado de la investigación. Van a encontrar oxindole en
lo animales y luego no avanzarán más, todo se repetirá una y otra vez.
Y así
fue. Alberto no avanzaría más en su investigación, quedaría estancado
en el raro descubrimiento del oxindole, un producto anestésico que tenían
inyectadas las vacas y que en contacto con el oxígeno genera que las vísceras
se tornaran verdes fosforescentes.
A
principios de julio el ganado mutilado era el tema central de Argentina. Animales
sin tráquea, esófago, lengua, ojos y genitales aparecían diariamente en
distintas partes acompañadas de teorías como la del chupacabra, sectas
brasileras y marcianos. Alberto trabajaba intensamente y ya tenía soltura para
hablar con periodistas que hacían preguntas típicas en busca de
sensacionalismo.
Un
reportero (otro estadounidense) le empezó a consultar cómo guardaba la
información y dónde la tenía. Alberto le preguntó para dónde trabajaba y este
respondió que vendía la información al diario que más le pagase. Pero
descubrió, más tarde, gracias al doctor Colm A Kelleher, que el periodista
era en realidad un agente del FBI.
Alberto
empezó a tener más cuidado para moverse por General Pico. Esa noche
prácticamente no durmió. El teléfono de su casa no paraba de sonar y del otro
lado solo se escuchaba un prolongado cuchicheo, voces suaves, susurros
inentendibles. Sin dejarse capturar por la paranoia, miró a través de su
ventana y notó la presencia de un auto negro estacionado, que lo iba a volver a
ver en reiteradas oportunidades. Por la mañana se dirigió al laboratorio donde
guardaban las cabezas de los ganados mutilados y quedó perplejo al
descubrir que el freezer que las mantenía estaba apagado y toda la evidencia,
podrida.
Fragmentos
del informe que fue entregado al Senasa
Con las
“tareas terrenales” de hombre de familia y de profesor en un segundo plano, con
su tesis doctoral a medio terminar, Alberto depositó el 100% de sus
energías en estudiar el increíble fenómeno. Después de registrar una cantidad
importante de casos, él y sus colegas –Rosa Álvarez, Jorge Dubarry y Abel
Errea- decidieron que era momento de asegurar lo que no estaba pasando: que
las mutilaciones no eran producto del ratón hocicudo, ni de la avispa asesina,
ni del chupacabra.
El
informe, que descartaba las hipótesis que se barajaban pero no aseguraba quién
era el autor de dichas mutilaciones, estaba impreso y guardado en el maletín
del rector de la Facultad de Veterinaria. El rector estaba viajando a
Buenos Aires para presentar toda la información ante el Senasa, cuando
tuvo un accidente automovilístico. Nadie salió herido de gravedad, pero el
maletín no apareció nunca. Fue, curiosamente, el único elemento perdido en
el siniestro.
Más
adelante se pudo presentar el informe a los directivos del Senasa. Sin embargo,
el organismo oficial desoyó la información de los investigadores y concluyó
el caso al sostener que las muertes eran por causas naturales y las
mutilaciones producto del ratón hocicudo rojizo, roedor que ni siquiera
habitaba en La Pampa. En aquel momento mostraron un video del ratón
comiendo una lengua de vaca.
Pariani
muestra el informe a un cronista de Revista Bife
¿Por
qué el Senasa hizo oído sordo al informe de los veterinarios piquenses?
Contactamos
a Daniel Belot de Saliquelló, otro veterinario que por entonces trabajaba
en el Senasa, y estaba metido de lleno en la investigación hasta que el
organismo dio por concluido el caso. “Me dio mucha bronca, fue una falta de
respeto”, adelantó a Revista Bife. Acá es donde aparece en la historia Chiche
Gelblung, porque el reconocido periodista le anticipó, durante el corte de
uno de sus programas en el que había sido invitado Belot, que en las
semanas siguientes el gobierno le iba a echar la culpa a un carroñero y los
medios iban a dejar el tema para el olvido. En ese momento Belot no le creyó.
–Chiche
nos dijo fuera de cámara que todo el material que recopilamos se iba a
guardar en el cajón de una oficina de Estados Unidos y que iban a inventar
un predador. Y que la prensa no le iba a dar más cabida. En ese momento nos
pareció una boludez, pero fue la verdad, porque terminó en eso. Unas semanas
después, el gobierno nacional mostraba un video de un ratón hocicudo comiendo
una vaca…¿pero cuántos ratones necesitás para comer 5 kilos de carne? Fue una
locura.
Corría
el año 2002. Primero Daniel Belot y luego Alberto Pariani explican los
acontecimientos en el programa de Chiche Gelblung
-¿Cómo
te sentiste con esa decisión del gobierno? -se le pregunta a Belot.
-Con
mucha bronca, porque todo el esfuerzo que habíamos hecho se tiró a la basura.
Nosotros trabajamos de manera seria, con hipótesis confiables, aunque nos
faltaran elementos para determinar algo concreto. Pero decir que fue el
ratón, lo sentí como una total tomadura de pelo, una falta de respeto. Me
desligué totalmente de estas situaciones.
-¿Chiche
cómo sabía que iba a pasar eso?
–Esos
periodistas manejan mucha información. Además esto ya había ocurrido en otros
lugares y épocas. Siempre encuentran a un predador que desestime todo lo que se
investiga.
El
misterio del ganado mutilado se repitió en distintas épocas y lugares. En
Estados Unidos ocurrió en los años 70, contabilizaron más de 10 mil casos
iguales a los que se vio en Argentina. En 1979 el FBI realizó una
investigación. El titular de la misma fue Kenneth Rommel. La
investigación duró un año. Rommel afirmó que los casos que él analizó podrían
ser atribuibles a causas naturales.
No
obstante empezaron a surgir teorías de sectas brasileras, extraterrestres y el
chupacabra. La teoría del chupacabra comienza en el 95 en Puerto Rico.
Luego se expande a México, Estados Unidos, Chile, Argentina, Rusia, Filipinas y
China. Su apariencia varía según quien la cuente. Primero se lo describió como
un oso pequeño que caminaba en dos patas. Y después se lo describió como un
perro salvaje. Sin embargo éstas son conclusiones de “la gente”. Los
investigadores descartan todo y no pueden asegurar nada.
El
Senasa desoyó la información de los investigadores y concluyó el caso al
sostener que las muertes eran por causas naturales y las mutilaciones producto
del ratón hocicudo rojizo, roedor que ni siquiera habitaba en La Pampa
-¿Por
qué el Senasa determinó lo del ratón? Vos trabajabas ahí, ¿qué te decían en los
pasillos?
–Es un
organismo oficial el Senasa, y yo trabajo en él. Como organismo oficial responde
a las órdenes de más arriba y por lo tanto los funcionarios tuvieron que
agachar la cabeza y asumir lo que venía de otros lugares, más precisamente
de afuera del país.
Daniel
Belot, del otro lado del teléfono, revela que muchos de los casos de
mutilaciones estaban asociados con otro fenómeno más extraordinario: la
desaparición de agua de tanques australianos. “Al principio pensábamos que
era una pérdida, pero lo volvíamos a llenar y no se descargaban. Hubo tanques
de 100 mil litros de agua que desaparecieron de la noche a la mañana sin dejar
ningún tipo de rastro”, cuenta Daniel.
Gracias
a él, llegamos a Marcelo Peroy, también de Saliquelló, el primer productor
ganadero en denunciar legalmente la muerte y mutilación de sus animales. Sin
embargo, Marcelo no quiere hablar.
Salliqueló:
“Capital provincial del novillo tipo”
“No
quiero salir en ningún lado. No quiero hablar. A mí se me rio la gente en
la cara. Yo soy una persona grande y no tengo que darle explicaciones a
nadie. Fue muy feo lo que dijeron, me dolió mucho. Es muy feo que se te
rían por algo que es cierto. Yo jamás mentí, soy una persona respetable y
no creo que merezca esto, porque la gente común me trataba de loco. Me llevaron
a una radio y se me rieron. Otros que se me rieron después les pasó lo
mismo que a mí. Yo les dije: ‘Dale, ahora ríete, boludo’. Si te contara
bien lo que me pasó, qué ratón hocicudo y ratón hocicudo… es algo muy raro.
Llamame mañana a las 6 de la tarde”, pero Marcelo no volvió a atender el
teléfono.
Rosa
Álvarez es una de las colegas más cercanas de Alberto. Es una de las 4
veterinarias que firmó el informe enviado a Senasa. Nos contactamos con ella y
contó la misma historia que Alberto, pero aportó un dato más.
-Hay
cosas que yo no publiqué, que las tengo guardadas, como bacterias que no son
comunes en sangre. Este tipo de bacteria no invade la sangre, sino que
queda en el lugar, pero acá estaban en todos los órganos y no tenían razón de
ser.
-¿Por
qué no lo publicó, Rosa?
-Porque
no tenía dónde publicarlo. Ya habían tomado la decisión de decir que había sido
todo por el ratón hocicudo.
Hubo
tanques de 100 mil litros de agua que desaparecieron de la noche a la mañana
sin dejar ningún tipo de rastro
Lo que
más les llamó la atención a Alberto y Rosa, sin embargo, no fueron estas
bacterias, ni los cortes quirúrgicos, ni la ausencia de sangre u olor. Lo
que más les sorprendió fue la desaparición absoluta del periostio, una membrana
adherida a los huesos que sirve para su nutrición y regeneración. “No quedaba
ni una marca de bisturí o de láser, nada. Era terrible. Quisimos replicar esos
cortes con un montón de cosas y no pudimos. El nivel de precisión era muy alto”,
dice Alberto. “Es obvio que ningún carroñero, que despedaza la carne, puede
hacer eso”.
También
piensa así Daniel Belot: “Me llamó poderosamente la atención que quedara
el hueso desprovisto, eso era lo más increíble. Existen mutilaciones, por
ejemplo el zorro, el gato montés o el perro salvaje suelen mutilar, pero
quien hizo este tipo de cosas utiliza una tecnología que nosotros no tenemos”.
Ganado
mutilado en forma circular con hueso absolutamente limpio
Cuando
todo pasó, cuando el Senasa cerró el caso y la crisis socioeconómica y el Caso
Rímolo empezaron a ocupar las portadas de los medios de comunicación, Alberto
Pariani y Rosa Álvarez siguieron investigando de manera extraoficial las
mutilaciones, decisión que les costó -se especula- una grave
enfermedad en el sistema nervioso.
-Las
dos personas que más trabajamos, Rosita y yo, quedamos con Parkinson- dice
Alberto, con un temblor visiblemente intenso en la mano derecha, apoyada sobre
el mouse.
-Como
no tenía antecedentes genéticos de ningún tipo, empecé a preguntarme por qué me
ocurría esto a mí.
Le
detectaron la enfermedad a sus cortos 45 años, en el 2012.
-Y qué
casualidad que las dos personas que más contacto tuvieron con las vacas
mutiladas hoy tienen Parkinson.
Revista
Bife se contactó con distintos ufólogos y uno de ellos confirmó, aunque pidió
confidencialidad, que actualmente se está analizando algún tipo de
radiación en diversas zonas porque otras 4 personas que estudiaron de cerca en
La Pampa los casos de las vacas mutiladas hoy, llamativamente, tienen
Parkinson.
Las dos
personas que más trabajamos, Rosita y yo, quedamos con Parkinson
-Desde
el punto de vista científico no se puede demostrar nada. Pero yo empecé a
investigar y descubrí que el campo electromagnético podría producir
alteraciones neuronales– dice Alberto.
Nos
contactamos con el neurólogo Eduardo Koller y, si bien aseguró que
los estudios muestran que un campo electromagnético no puede generar
alteraciones neuronales ni Parkinson, concluyó diciendo: “Igual viste como
es esto: lo que para la ciencia hoy es verdad, mañana puede ser mentira”.
Está por finalizar nuestra charla porque Alberto tiene un compromiso
impostergable. Seguimos en su oficina en la Facultad de Veterinaria, y le
pregunto realmente qué pasó en aquellos meses del 2002.
“Yo era
totalmente escéptico. Al principio resistí en ese pensamiento, pero vi de
entrada que había algo muy raro, por los tipos de cortes y por los sitios
inaccesibles -muchos que sólo se podía llegar por aire- en que se encontraban
los animales mutilados de la noche a la mañana. Las mutilaciones eran de
noche, sin ruido, a veces con luces. Era una tecnología que nosotros no
manejábamos”, responde.
-Pero
realmente, ¿qué fue lo que ocurrió, quienes estaban detrás de todo?
-No lo
sabemos. Yo estoy seguro que es la presencia de seres de otro planeta por
todo lo que te conté. Pero no te lo puedo demostrar. Nadie puede demostrar nada
en esto. Podemos decir lo que no es, pero no lo que es, ¿se entiende?
Alberto
Pariani
-Me
contó que antes se consideraba un polvorín, ¿en qué cambió su vida luego de
involucrarse con este fenómeno?
–Vivía
a mil por horas. Creía que irremplazable. Pero después, extrañamente, bajé
lo decibeles. Empecé a vivir de otra manera, tranquilo. Me preocupo lo justo y
necesario, sabiendo que si yo no estoy para hacer algo, otro lo puede hacer.
-Empezó
artes marciales…
-Sí.
Las artes marciales es un modo de vida que uno elige. Una filosofía de vida. El
control del espíritu, cuerpo y mente. Esto genera modificaciones en uno. Te
preparás toda la vida para una lucha que no vas a tener nunca.
Yo
estoy seguro que es la presencia de seres de otro planeta por todo lo que te conté.
Pero no te lo puedo demostrar
-Como
con el fenómeno de las mutilaciones, se investiga toda una vida para tener
una verdad que, aparentemente, no se va a llegar.
-Puede
ser…
-¿Y te
arrepentís o renegas de que te hayan llamado aquel mes de junio del 2002 para
estudiar el fenómeno?
-Al
contrario, lo agradezco. Como te dije: cambió mi vida.