Una inexplicable y gigantesca estampida de animales
conmovió el norte de la provincia de La Pampa en la madrugada del lunes 8 de
agosto del año 1994. Poco antes de la medianoche, testigos de la localidad de
Realicó confirmaron al Centro de Estudios UFO que el cielo permanecía nublado y
la serenidad del medio ambiente presagiaba una fuerte tormenta.
Lo inusual de la experiencia que vivirían. radicó en que
desde distintas localidades del norte provincial, los testimonios coincidían en
que se escuchó una potente explosión “como si fuera un trueno pero multiplicado
en su potencia natural”. Poco después se desató un aguacero que abarcó una
amplia región del norte de La Pampa y sur de Córdoba.
El extraño fenómeno afectó a cientos de animales de la
región, que ante lo desconocido reaccionaron en una furiosa estampida que dejó
como consecuencia alambrados caídos y centenares de animales diseminados por la
región, fuera de las propiedades a las que pertenecían y a la mañana siguiente,
los productores debieron redoblar esfuerzos con la colaboración policial para
reunir su tropa y regresarla su lugar de origen.
Los conocedores de la región y del comportamiento natural
de los animales, destacan que ante una tormenta los vacunos se reúnen en grupos
con su parte posterior hacia la tormenta a fin de soportar un potencial
temporal. Pero en este caso, algo motivó la reacción de espanto del ganado que
emprendieron loca carrera derribando alambrados en claro intento por alejarse
de “algo”.
Sin embargo un detalle interesante no escapó a los ojos de
los baqueanos que trabajaron arduamente en procura de recuperar la hacienda,
quienes afirmaron que en algunos sectores los alambrados permanecían caídos en
dirección al norte y en otras zonas, el mismo ganado había derribado las
contenciones en la dirección contraria lo que permitió evaluar la posibilidad
de que algo había sobrevolado la región a baja altura, con dirección norte-sur,
y que luego de superar esa posición, los animales intentaron volver, al
comprobar el paso de la extraña y gigantesca masa de luz que decenas de
testigos observaron.
La mañana del 8 de agosto el panorama era desolador. La
mayoría de los corrales yacían en el piso y los alambrados con huellas de haber
sido embestidos por los animales que rara vez muestran ese comportamiento,
sobre todo ante la presencia de un fenómeno natural como lo es una tormenta.
La reacción no implicó sólo al ganado vacuno, sino también
a los equinos y no hubo que lamentar mortandad como erróneamente informaron
algunos medios de la época y las consecuencias fueron lesiones en los animales
que atropellaron los alambres.
Esa mañana se inició una tarea que duró días, ya que los
animales se mezclaron y con buena voluntad de los productores intercambiaron
las piezas que comenzaron a trasladar a sus lotes originales.
De acuerdo a la reconstrucción
del episodio que realizó el CEUFO, la estampida habría comenzado al norte de la
localidad de Winifreda, unos 40 kilómetros al norte de la capital pampeana y se
extendió hasta la zona rural de Realicó, cubriendo una extensión de unos 140
kilómetros de largo, por una franja estimada en unos 20 km de ancho.
Recorrida
Cuando iniciamos la recorrida, nos encontramos con decenas
de testimonios que coincidían en la potencia de la explosión, especialmente en
la zona de Embajador Martini, Luiggi, Parera y Realicó. Los testigos de esta
localidad afirmaron que “estaba todo muy raro, muy calmo” al atardecer, pero
especialmente en las primeras horas de la noche, lo que hacía presagiar un
temporal de importancia.
Durante la tormenta, algunas poblaciones sufrieron el corte
de energía eléctrica que en algunos casos duró varias horas y recién se
restableció a la mañana siguiente.
Una luz en la
tormenta
Dentro de los testimonios, uno de los más significativos
desde mi punto de vista, fue el de una familia de la localidad cordobesa de
Huinca Renancó que regresaban luego de compartir la tarde con familiares de
Realicó y advirtieron la proximidad de la tormenta, mientras circulaban por la
ruta Nacional nº 35 con dirección sur-norte, a baja velocidad, el conductor,
una persona mayor (65 años) advirtió que el rodado tenía una cubierta trasera
pinchada por lo que decidió detener la marcha. Las primeras gotas de lluvia lo oblogaron
a permanecer en el rodado y a los pocos minutos la lluvia era torrencial. En
esas circunstancias estaba junto a su esposa cuando advirtieron que “adentro de la tormenta”, se desplazaba
un objeto que definieron como “gigantesco”,
que irradiaba una potente luminosidad y, conocedor de la zona, aseguró que
nunca vio “nada igual”, porque se desplazaba lentamente dentro de la tormenta
con dirección sur-norte. Eso los decidió a permanecer en el lugar hasta
avanzada la madrugada y al cesar la lluvia, cambiar el neumático y continuar su
viaje.
Camioneros
Dos camioneros (padre e hijo) que en sendas unidades se
desplazaban por la misma ruta Nacional nº 35 desde Córdoba a la capital
pampeana, separados entre sí por varios kilómetros de distancia, y cuando aún les
faltaba unos 100 km para ingresar a La Pampa, coincidieron en afirmar que “una luz gigantesca” volaba con
dirección sur-norte y “se internó dentro de la tormenta” y se manifestaron
convencidos que “la luz bajó en algún
lugar” por la clara maniobra de descenso que ellos advirtieron desde su
posición.
Una carpa en medio
del campo
Otro testimonio
significativo brindó una familia de la ciudad de Santa Rosa que en la madrugada
de ese 8 de agosto regresaba de la provincia de San Luis. Cuando ya habían
ingresado a La Pampa circulando en automóvil por la ruta Nacional 35 con
dirección norte-sur, advirtieron la presencia de lo que compararon con “una
carpa gigantesca” en medio del campo, a su derecha, en lo que estimaban era el
predio rural que cuenta en la zona la Escuela Agrotécnica.
En sus primeras especulaciones estimaron que podría
tratarse de una carpa montada para realizar alguna actividad pero al cabo del
viaje, se dieron cuenta que la extraña figura que su imaginación les sugería una
carpa, también se desplazaba en su misma dirección y dentro de la zona rural.
Ante la extrañeza de la observación decidieron guardar
silencio y continuar la marcha hacia Santa Rosa. A su llegada, y conociendo las
noticias de una descomunal estampida de animales en la zona norte de la
provincia, el jefe de familia se comunicó telefónicamente y acordamos una
reunión donde me brindó parte de los detalles que expresé en párrafos
anteriores.
Reflexión final
La decenas de testimonios
recogidos en la zona que coincidían en destacar la “potente luminosidad den el
cielo” y “dentro de la tormenta”, sumado a la tremenda explosión de la que no
hubo una explicación oficial, reafirma la teoría de la presencia de un OVNI de
considerables dimensiones sobrevolando la región con una dirección establecida
sur-norte.
La falta de antecedentes de episodios similares no sólo en
la región sino en todo el país teniendo en cuenta el área afectada, habla a las
claras de un misterio que aún persiste.
También es de destacar que los animales están acostumbrados
a las manifestaciones climáticas de la región y todos saben que cuando se
aproxima un temporal, los animales como forma de soportar el mal tiempo se
agrupan y “ponen el culo” hacia tormenta como defensa natural ante un fenómeno
conocido.
Sin dudas la
estampida fue causada por “algo” no convencional, lo que provocó la reacción de
los animales que intentaron alejarse de la zona, arrasando alambrados. En este
caso, lo común hubiera sido que todos corrieran en la misma dirección y en
principio así lo hicieron, lo que explica que los alambrados fueron forzados
hacia el norte. Misteriosamente, en loca carrera el ganado intentó volver sobre
sus pasos y arrasó las contenciones en la dirección contraria, cuando el OVNI
superó la posición de la manada descontrolada.