La manifestación del fenómeno OVNI en la región pampeana es inocultable en los últimos tiempos. Todas las semanas se reciben reportes de distintos lugares donde la gente ve o capta con sus cámaras fotográficas y teléfonos celulares, imágenes que no tienen explicación. No son aves, no son naves convencionales, no es nada conocido y la mayoría de las veces pasa desapercibido al ojo humano.
Entonces…
de qué se trata?.
Mientras que el devenir político centra la atención del público en los
medios intentando conocer los alcances del COVID-19, episodios inexplicables se
reproducen por doquier sin que aparentemente nadie les preste atención, a
excepción de que se produzca un episodio como para la mira periodística se fije
en él y el sensacionalismo pueda hacer la diferencia económica al menos durante
una semana.
Pero nadie da una respuesta “oficial” al fenómeno. No hay reparticiones
del gobierno que al menos públicamente admitan que se están ocupando del tema.
¿No será hora de que se admita públicamente que “alguien” está violando
el espacio aéreo del país?. El problema sería que deberían admitir además su
incapacidad para dar una respuesta a la población lo que denotaría una
inocultable debilidad política.
Caso contrario, al menos se deberían adoptar parámetros para comprender
un fenómeno que cada vez con mayor frecuencia -inusitada diría yo- se
manifiesta en toda la región, porque a las imágenes captadas, se le suman en
este período extraños sonidos en altura, que investigadores de la FAO
contabilizan al igual que las inexplicables explosiones que además, han
generado actividad de nuestra Fuerza Aérea.
Es evidente que el fenómeno… “está ahí”, tal vez manifestando
algo que no entendemos o tan sólo intentando decirnos que “existen” y a partir
de eso, surgen las distintas concepciones sobre si son “hermanos” y vienen a
ayudarnos o a estudiarnos. Las posibilidades son tantas como las corrientes de
interpretación. Se suponen que vienen “en son de paz”, porque con semejante
capacidad tecnológica si hubieran querido dominarnos ya lo hubieran hecho.
Aunque esto sólo se puede afirmar comprendiendo nuestra interpretación del
tiempo. ¿Cómo interpretan “ellos” el tiempo?.
Eso no se sabe. Ni siquiera si miden el tiempo como nosotros. Por lo
tanto no sabemos si su presencia se debe a un período de estudio del planeta
para una posterior acción o simplemente la Tierra representa una posta para sus
viajes interplanetarios.
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que “el fenómeno… está ahí”.