La fantasía de quien pretende convertirse en un émulo de Howard Phillips Lovecraft, inventó una noticia (una más) que ubica en una región de la provincia de La Pampa e irresponsablemente involucró instituciones como los ministerios de Seguridad y de Salud que “habrían intervenido” en un extraño episodio que le “habría” un protagonista que, causalidad mediante, sería el mismo que “protagonizó” otra extraña historia en la misma región hace poco mas de un año.
Sin más presentación, el afiebrado personaje,
identificado como Fernando Quiroga, que además “inventó” otra historia, la de
una supuesta abducción en la ciudad de Punta Alta, hace poco más de un mes, lo
hace tan sólo con el afán de generar historias y convertirse en una especie de “receptor
especializado” de hechos que suceden exclusivamente en su cabeza.
La falta de respuesta ante mi consulta luego del episodio
de Punta Alta y la denuncia de algunos seguidores de este sitio, que expresaron
que “no es nuevo lo que intenta Quiroga”, que utilizando términos rebuscados y
una redacción barroca, intenta generar un clima que obviamente nada tiene que
ver con la realidad, aunque pretende “venderla” como tal.
Lo que no tuvo en cuenta este personaje es que, si tanto
escribe sobre La Pampa, alguien comenzará a preguntarse si realmente los
sucesos ocurrieron, más involucrando instituciones oficiales a lo que ante una
consulta de un medio expresó “mi espacio son narraciones de ‘leyendas urbanas’
que a mí me cuentan. Soy un cronista de vivencias no convencionales, no juzgo
su es verdad o no», lo que desnuda que su objetividad periodística, es nula.
Lugareños de aquella localidad del sur bonaerenses
describieron al personaje Quiroga como alguien que pretende trascender en
algunos sectores de medios de comunicación, con el sólo objetivo de “sobrevivir”,
pero que “no es creíble” en los ámbitos que circula, con lo que su pretensión
de narrador de “leyendas urbanas”, sólo trasciende cuando llega a zonas donde
no lo conocen.
Demás está decir que el émulo de Lovecraft no respondió a
las consultas, por lo tanto debí recurrir a otros entornos pero que de plano,
son falsas las historias de “abducción interrumpida” y los episodios narrados
en inmediaciones de Macachín y Alpachiri, ambas poblaciones de La Pampa que el
personaje eligió como ámbito para sus fantasías.