22.9.22

LA EXPERIENCIA DE TRES PILOTOS CON “UNA LUZ”


La experiencia de tres pilotos de Aerolíneas Argentinas con la observación de “una luz” en la distancia en el espacio aéreo comprendido entre La Pampa y Río Negro, generó expectativa en el público, ávido de conocer detalles. Obviamente no faltaron los improvisados que a modo de “primicia” dijeron que era “el mejor caso”, superior inclusive que el “Caso Polanco” de 1995.

A partir de la “primicia” comenzaron las improvisaciones y la difusión de supuestos diálogos de pilotos que nunca se identificaron y que fueron descartados por las torres de control de la región. Las improvisaciones continuaron con una “supuesta persecución”, la que nunca existió y todo se diluyó en “los 5 minutos de fama”.

Al abordar el tema seriamente, se puede afirmar que este tipo de episodios son más frecuentes de lo que suponemos y los protagonistas evitan mencionarlos para evitar el papeleo posterior y los test psicológicos a los que deben someterse cuando esto trasciende.

El “Caso Polanco” producido en 1995 cuando un avión de Aerolíneas Argentinas y otro de Gendarmería Nacional se disponían a aterrizar y observaron un OVNI en un extremo de la pista de aquella ciudad e inmediatamente se produjo un corte en el suministro de energía eléctrica, lo que generó maniobras de las aeronaves para descender cuando la electricidad volvió a la pista.

Al aterrizar, el comandante Jorge Polanco hizo púbica la experiencia en la convicción de haber vivido un evento único, sin evitar que su nombre trascendiera y asumiendo la responsabilidad con el respaldo de su experiencia de años, suficiente como para descartar que podría haberse tratado de “las luces de un reflector”.

Lo positivo que deja este tipo de experiencias es que la gente común está ávida de saber un poco más, de algo que “está ahí” y sobre los que muy pocos pueden hacer afirmaciones.

20.9.22

OSNI: EL INCIDENTE – PARTE 3 (última nota)

 


(by Quique Mario – CENTRO DE ESTUDIOS UFO)

 

Este tema despertó el interés de mucha gente. En particular de algunos grupos del exterior uno de los cuáles y con intereses oficiales intentó el hackeo de este blog, sumado a algunas “advertencias” por posibles derivaciones geopolíticas. Lo importante es que se instaló un tema a debatir del que seguramente se desprenderán interesantes conjeturas y eventualmente hipótesis a tener en cuenta en el estudio de algo que sin dudas producirá un cambio radical en el campo de la investigación metódica y seria.

 

En ese marco, vale destacar el aliento de científicos, nacionales y extranjeros; grupos de investigación del exterior que bregan por la verdad en esta incesante búsqueda, que fijaron postura e hicieron llegar su reconocimiento.

 

A esta altura de los acontecimientos, estimo que está totalmente descartada la posibilidad que protagonista del incidente haya sido un submarino por las dimensiones expresadas por los protagonistas que estimaron que se trataba de “algo gigantesco” de por lo menos 600 metros de diámetro, sobre todo si tenemos en cuenta que el submarino más grande del mundo es el ruso “Bergorod” con 184 metros de largo y le sigue el norteamericano “Ohio” con 170 metros. Ambos, así como todos los demás submarinos menores tienen alguna clase de torretas que van por sobre el casco y que en el caso de acercarse al nivel de superficie, tanto como para tocar la hélice y timón del pesquero, se dejaría ver en algún lugar alrededor del barco.

 

Lo que sí descarto es que el incidente tuvo como objetivo hundir el barco pesquero argentino, que regresó a un puerto nacional prácticamente “escoltado” por el misterioso objeto. En tal caso y dejando volar la imaginación, se podría interpretar que se trató de “un accidente imprevisto” en sus maniobras.

 

Este, no es un caso más y sienta un precedente que sí se debe estar debatiendo en ámbitos geopolíticos, sobre todo, si revisamos los antecedentes de episodios similares que no se han difundido oficialmente y del que contamos con certeros informes. Todos producidos en ámbito submarino y que han involucrado buques de distintas banderas.

 

Eso deja la puerta abierta para continuar con la investigación y la proyección de un viaje a la zona austral a principios del próximo año. La complejidad del tema, sobre el que está puesta la lupa de las principales potencias, conscientes de estar ante algo desconocido que no responde a la tecnología convencional, significa que intentan saber algo más, pero en riguroso secreto. ¿Cuál es el fin de esa actitud? Inexplicable, porque sin dudas, en forma inexorable estamos cerca de conocer una realidad que se oculta al resto de la sociedad.

 

6.9.22

OSNI: EL INCIDENTE - PARTE 2

 (by Quique Mario – CENTRO DE ESTUDIOS UFO)

 


Como repercusión de la publicación de la 1ra. nota que alude a la presencia OSNI (Objeto Submarino No Identificado) en los mares argentinos, fuentes confiables no sólo del sur del país sino también del exterior, reconocieron la precisión de los datos publicados por el CEUFO pero sumaron datos significativos.

 

En ese marco, destacaron que ningún medio de comunicación tradicional del país abordó el tema lo que supone una orden especial de “no hablar de ciertas cosas”, mientras que agencias de noticias del exterior hicieron referencia y pusieron la lupa en la región. También es real que no hubo ningún reclamo diplomático por parte de Inglaterra, lo que permite evaluar la presencia de algún grupo privado que realizó el auxilio al pesquero argentino, que además resultó testigo del incidente y contaría con una visión privilegiada y registro en imágenes el episodio.

 

Al margen de toda especulación y continuando con el relato de la apasionante historia de un buque argentino con “algo” sumergido, nuestro interlocutor afirmó que en medio de la confusión “las luces del pesquero se prendieron. Parece que “el inglés” (que a ciencia cierta, dudamos haya sido inglés) junto con el oficial de máquinas, habían logrado reparar el desperfecto eléctrico”.

 

El capitán ordenó poner marcha completa y la hélice golpeó contra algo metálico que estaba abajo del pesquero y chirrió a medida que avanzaba a motor pleno por varios segundos, “el hombre calcula que la hélice estuvo golpeando metal por al menos 60 metros!! y que lo que estaba abajo del pesquero era mucho más grande”.

A medida que se alejaban, el capitán le preguntó al “inglés” si no quería que dieran con rumbo para Malvinas que estaba más cerca, al menos si naufragaban estaban cerca de tierra. Este preguntó por handy y desde el helicóptero le respondieron que no, que sigan a toda velocidad que el objeto sumergido iba detrás de ellos. El pesquero estaba a unos 400 km de Punta Loyola, el puerto más cercano en el continente.

Durante una hora, el helicóptero los siguió desde altura iluminando el mar e informando que el objeto seguía detrás del barco y 20 horas después, el pesquero estuvo con rumbo de proa directamente hacia Punta Loyola, con problemas de comunicación, sondeo y radar. Después se dieron cuenta que el segundo golpe había volado la antena de radio, del radar y la torre de cableado del sondeo, cosa normal en un pesquero que no es nuevo y cuyas partes más expuestas se oxidan más rápido.

La única comunicación que tenían era un teléfono satelital que varias veces falló al comunicarse con emergencias navales y para ubicarse, disponían de un GPS que en la ubicación en 51°24' Sur y 66°45' Oeste, alrededor de la media tarde siguiente, la hélice volvió a golpear contra algo metálico mientras iban solos en medio del mar. Recordó que “el inglés” les recomendó tirar todo el peso por la borda, jaulas, carga, todo, cosa que hicieron y él mismo se fue a la popa del barco y descargó contra el mar todas las municiones de la pistola que llevaba, algo que suena ridículo pero ante la situación de algo que los seguía era una medida desesperada.

En tanto el capitán ordenó prender 2 tambores con trapos, sillas y otros combustibles en cubierta para hacer humo con la esperanza que los viera algún barco o aeronave y les llegara rescate, cosa que no ocurrió.

El testigo enfatizó que “ya casi de noche ese mismo día en que llegó a puerto, en 51°28' Sur y 68°04' Oeste vieron como el mar se levantaba a unos 300 metros del pesquero por algo que se movía por debajo y que dio toda una vuelta por estribor hacia popa para después dejar al mar tranquilo de nuevo. Pensaron que en ese momento se hundían pero después de eso, no tuvieron ningún otro incidente y el teléfono satelital comenzó a funcionar bien.

Pudieron avisar a un conocido del capitán en puerto San Julián para que los asista la gente de Punta Loyola donde iban a llegar a las horas. Aseguró que “los ingleses” les pidieron “confidencialidad” por la situación y les contaron que no era el primer encuentro de esa clase que ellos conocían en la zona, pero que nunca los habían creído y jamás habían escuchado de uno tan violento y de tantas horas. Mucho menos que el objeto persiguiera de alguna forma al pesquero.

Los dos “ingleses” fueron trasladados con el herido en ambulancia a Río Gallegos y de allí no se supo más de ninguno de los 3. Después me enteré que el capitán había hecho una revisión por buceo del pesquero en el muelle de Punta Loyola y parece que descubrió que la hélice tenía los filos de las palas todos doblados y el timón principal estaba arrancado, pero que el soporte de los timones laterales, así como los timones mismos estaban en buen estado. Para evitarse todo el papeleo burocrático y evitar que le retengan la nave, decidió soltar amarras e ir por costa a reparar el daño al norte.

Sin dudas el episodio es apasionante y por supuesto continuará en una próxima entrega, en la que intentaremos avanzar en la comprensión y analizar por qué en supuestos ámbitos oficiales se decide mantener “el silencio”, cuando está demostrado que es imposible “tapar el sol con las manos”... la verdad emergerá inexorablemente.