18.2.21

EL FENOMENO OVNI NO RESPONDE AL HOMBRE


La soberbia del hombre, de creer que el fenómeno OVNI debe responder a patrones establecidos por la raza humana, no es más que eso, una actitud soberbia. Porque el fenómeno se manifiesta cuándo, dónde y cómo quiere, sin responder a parámetros pre establecidos. Obviamente que menos responderá a teorías rebuscadas en que se pretende que el fenómeno es tan sólo una manifestación mental.

En ese marco, comienza un nuevo debate entre la gente que aborda honestamente el tema, superados los intentos de los youtubers, que acumulan horas y seguidores diciendo cualquier cosa que represente la posibilidad de “solicitar colaboraciones” para continuar con su objetivo, de sumar cantidades, pero nunca intentar una respuesta objetiva y menos seria del tema que nos interesa.

Así como en las últimas décadas del pasado siglo en que algunos “iluminados” pretendieron ser “voceros” de civilizaciones que nos visitan, prometiendo “ayuda” y “encuentros programados” con dudosas hermandades, argumentos que cayeron por su propio peso de no poder demostrar, hoy se instala un debate entre quienes analizan los “resultados” de grupos científicos armados por alguna potencia, con jugosos presupuestos, pero que jamás le contarán al mundo los resultados de sus investigaciones, porque es algo que guardan bajo siete llaves.

Mientras tanto, el fenómeno se sigue manifestando cada vez con mayor energía y originando una apertura en el común de la gente que está mas allá de la “guía” que en algún momento pretendieron ser algunos “iluminados”. Sí, la gente común, la que no recibió ningún presupuesto para estudiar ni presuponer algo sobre el fenómeno OVNI, está formando su propia opinión precisamente por la gran cantidad de aparición de naves convencionales en ciertas regiones del mundo.

Esto, obviamente da por tierra con los intentos de ilustrados que pretenden traducir, que la gente está viendo cosas que no son, cuando en realidad la gente ve lo que vé y los describe sin ningún tipo de esquema sugerido. Por eso la importancia de los testimonios de primera mano, los que obtienen los investigadores de campo, que lejos están de pasar horas leyendo investigaciones parciales sobre las que hacer una hipótesis o teoría, sin conocer la idiosincrasia del protagonista real.

Por eso, a esta altura de mi dilatada trayectoria como investigador de campo, creo que ha llegado el momento de dividir las aguas y dejar de lado las suposiciones subjetivas para abordar el tema como corresponde y no a la distancia. Eso permite a un investigador de campo dar prioridad al testigo, luego al suceso y por último a la interpretación o demostración del hecho.

Como síntesis, sostengo que se terminó el tiempo de las suposiciones y teorías trasnochadas. Ya es hora que los investigadores asuman la responsabilidad de hablar de lo que hacen con la propiedad que el tema OVNI lo amerita, partiendo de la premisa que el eje de la cuestión no es el hombre y sus extraños comportamientos.