Parte #1 - Introducción y otras yerbas
Por
Javier Walter Sofía - jwsofia@yahoo.com
Nos
vamos avejentando -solo físicamente- mientras todo se va renovando, y es que la
vida pasa y como el zorro perdemos el pelo pero no las mañas -ni las buenas, ni
las malas-, eso -afortunadamente- nos hace imperfectos a todos y cada uno de
nosotros, y desde las equivocaciones salimos aprendiendo a ser mejores.
Pero
no incluyo -por supuesto- las excepciones en las cuales algunos salen
aprendiendo a ser peores, pues igual que pasa con las brujas que no las ves,
pero que las hay, las hay.
El
asunto de cometer errores es reconocerlo y actuar en consecuencia, o por el
contrario seguir la corriente de mediocridad general y que sea lo que Dios
quiera, total el tiempo pasa y las aguas del río -digital- todo lo borran, o al
menos eso piensan muchos.
Bien,
yo primero: no soy perfecto ni mucho menos, pero digo las cosas de frente -como
ahora- y cuando tengo dudas las pregunto, una y otra vez y lo sigo haciendo
aunque del otro lado solo vuelva ruido blanco, campañas anónimas de
desprestigio o mentiras, y es por eso que no escribo mucho en público aunque sí
lo hago en mi red privada... todos lo días -infaltablemente- desde que agarré
mi primera GRID.
Y es
que en la web hay de todo y el piso es resbaladizo, casi como un pantano en el
que todo parece tranquilo pero esconde peligrosos Cocodrilos, o casi como el
fondo de un barril donde están todas las manzanas aplastadas y en
descomposición, justo el entorno que algunos necesitan para crecer.
Y lo
digo así porque el que avisa no traiciona, y es que muchos, pero muchos mas de
los que levantan la voz, estamos verdaderamente hartos de todo el verso
redundante, pegajoso y acompañado de toda vileza imaginable, que hacen aquellos
que -al igual- dicen que están hartos pero que aportan su buen diezmo al
hartazgo.
Ocurre
que allí -en la web- nadie cree todo, y todos creen nada, la teoría se junta
con la realidad de formas complejas y retorcidas, y entre cada pliegue hay
criaturas ponzoñosas preparadas para saltarle al incauto y capaces de cualquier
cosa con tal de seguir frente a las cámaras y micrófonos.
Trastorno
de personalidad narcisista -o atazagorafobia, o el término que el lector más
guste- que le dicen, una rara enfermedad que creció con la televisión y se
potenció con la internet, a tal punto que algunos se caen -literalmente- desde
lo alto de edificios buscando estar siempre primeros y ser los mejores y más
originales.
Este
artículo es mi responsabilidad -¡todo él!- y como siempre, me hago cargo de lo
que digo; aún así, invito a quien coincida y a quien no lo haga a hacer su
aporte, porque la diversidad -halagos e insultos incluidos- suma a la
comunicación, y esto no es una ironía.
Digo
aquí las cosas con respeto y con nombre y apellido, y aunque el eje central no
se refiera a las personas que menciono, ellas son muy buenos ejemplos del
carácter subyacente de estos párrafos en el sentido de los nexos que poseen con
el ámbito que viene a concentrarlos.
Confieso
que tenía pensado solo hacer el aporte de las Anomalías y Eventos que observé
en el video del Caso Armada de la CEFAA de Chile, pero una revisión de las
fuentes me cambió la óptica del análisis; quedé sorprendido y con una especie
de retorcijón en la boca del estómago, y no, no era indigestión, o al menos
"esa" indigestión.
Ya
lo mencionaré, pero hablo aquí de uno de los asuntos mas importantes y
trascendentes -para todos sin importar el lugar donde se encuentren, la
preparación, ni sus intenciones personales- relativos a la observación, estudio
y aproximación científica y tecnológica, o vocacional e idónea, o profesional
académica de esta clase de misterios.
Un
asunto que debiera llegarle a todos por igual, y que todos por igual deberían
respetar -y hacer respetar- en cada segundo de su trabajo y en cada párrafo e
imagen de sus exposiciones de cara a la sociedad; algo que en virtud de lo que
está firme en la web, no ocurre.
Y un
asunto que con intencionalidad es omitido al momento de dar el discurso
público.
No
me gusta justificar esto, aunque entiendo que alguien cuando "soltó"
exprofeso -o se le escapó inocentemente- una mentira -grande o pequeña-, no
pueda dar marcha atrás justamente por su exposición pública, o por las
consecuencias que pueda tener sobre su confiabilidad y credibilidad.
Entonces
como consecuencia, lo que ocurre es que inicia la "magia", y las
cosas parecen desaparecer de la web, o reaparecen "arregladas" de
alguna forma.
Pero
cuando se afirma algo, así permanece porque la web nada "olvida", es
posible que no se pueda acceder o que dé "error", pero sigue allí en
un cesto de basura global, un servidor de recuperación y respaldo web, o en la
computadora de algún ignoto curioso que tuvo la codicía de preservarlo producto
de un irrefrenable transtorno obsesivo compulsivo por guardar absolutamente
todo lo que lee -y le importa-.
Por
el estado actual de cosas ya que estoy escribiendo desde Argentina sobre Chile,
limites oceánicos y todo eso, voy a hacer una observación puntual.
A
saber: para no aportar a un ambiente negativo frente a las interminables y
primitivas disputas limítrofes entre nuestros países, negocio parásito por
excelencia perteneciente a la saga diplomática inútil que necesita conservar
siempre alguna línea, párrafo o ausencia de ellos -retorcidamente trazados o
rebuscadamente redactados- para en el futuro volver siempre sobre los mismos
asuntos. Y así poder seguir existiendo como únicos expertos de palabra autorizada
desde su inalcanzable élite, y cobrando jugosos salarios a costillas de las
sociedades a las que someten a un innecesario y perpetuo enfrentamiento a
través de controversias, que parecen fabricadas exprofeso para que alcancen la
luz cada 20 o 30 años. Para que eso no pase, diré que la organización que como
líder transitorio -todo lo es en la vida- tengo el privilegio de guiar, posee
3,2 millones de miembros en Chile -y creciendo-, que se llevan muy bien con
nuestros miembros en Argentina y con los del resto del mundo.
Digo
esto para que algunos malintencionados que siempre aparecen, no confundan
champagñe con licor de oro.
¡¡Por
Dios que no caiga una enorme nave extraterrestre en la frontera y quede una
parte en un país y otra parte en el otro, que ahí se hacen la fiesta!!.
Finalmente,
sí el lector leyó bien el título, digo "Eventos", primero porque los
que se registraron en el video del Caso Armada fueron varios y no uno solo; y
segundo porque en cualquier proceso de análisis el comportamiento humano es
tomado como un evento en sí mismo, y aquí hay toda una larga lista de ellos.
Continuará...