El clima y el contacto directo con los testigos de los casos que se investigan, es lo que en principio no tiene precio, pero fundamentalmente hace la diferencia al trabajo de un investigador de campo o la improvisación virtual de un youtuber.
La imagen que ilustra la presente nota es elocuente. Una
helada de 4 grados bajo 0 (-4) con sensación térmica de -6,8° es un escenario
común en esta época del año para un investigador de campo. Este tipo de
experiencias se disfrutan, no se padecen a pesar de las inclemencias, recorriendo
cientos de km en caminos inhóspitos y dialogando con los testigos directos.
Esa es la diferencia de una buena investigación, de la
que luego podemos discutir colores, destellos, reflejos y tamaños. Vale la pena
protagonizar estas historias en primera persona y hacen al espíritu de la
verdadera investigación de campo.