29.3.21

MUTILACIÓN DE ANIMALES, EL MISTERIO PENDIENTE


NOTA I

Vale la pena recorrer apuntes de viejas investigaciones, porque el paso del tiempo no sólo no ha dado respuestas sino demuestra que el fenómeno de las mutilaciones de animales es sumamente complejo y está más allá de especulaciones científicas. En ese ámbito evitan abordar el tema por temor a limitaciones propias. De eso se desprende que la ciencia aún no ha resuelto todos los misterios y así como en el aspecto religioso, tampoco se atreve a decir abiertamente que de acuerdo a sus parámetos, “Dios no existe”.

La opinión pública de todo el país se conmovió hace 19 años, en abril de 2002 por una serie de sucesos que no tenían explicación: cientos de animales aparecían muertos con extrañas mutilaciones. Oficialmente no hubo respuesta hasta que el SENASA acusó al “ratón hocicudo rojizo”, una especie inexistente en la mayoría de las zonas donde se centraron estos episodios, que de haber sido real, hubiera dispuesto una campaña de control sobre ese flagelo.

Así comenzó el trabajo de campo del Centro de Estudios UFO en el norte de la Patagonia y en tal sentido, fue sorprendente la cantidad de testimonios que hablaban de extrañas luces en las zonas en que se desplazaban en las zonas donde se produjeron estos sucesos.

La noticia fue reflejada en medios nacionales e internacionales pero aquí, vale hacer un párrafo aparte para el dispar tratamiento que brindaron al tema. Los medios sensacionalistas, se abocaron a ridiculizar la mayoría de los testimonios sin objetividad ni aportar la más mínima pista en la investigación, en lo que podría interpretarse como un intento de confundir a la opinión pública.

Obviamente, esas conjeturas fueron hechas desde cómodos escritorios y lejos de la realidad que vive la gente del interior del país, que conoce sobremanera su geografía. Los que en definitiva quedaron como ridículos fueron precisamente esos medios amarillistas, porque la gente del interior, lejos de preocuparse por el sensacionalismo y demostrando su indiferencia al protagonismo, colaboró con los investigadores en forma activa.

Pero, más allá de las interpretaciones que unos u otros realizaran, el tema central era que los animales continuaban apareciendo muertos y en cantidades que comenzaron a preocupar a los productores. Ya nada podía desviar la atención de la gente común, de los testigos y protagonistas de los cientos de historias que se produjeron en toda la geografía provincial. No había antecedentes fuertes en todo el país de este tema, a excepción de un caso producido en la provincia de La Pampa en la zona de Utracán en el año 1974.