Hablar de mutilaciones de animales y otros hechos conexos es casi una obviedad en la provincia de La pampa. Una región que fue epicentro de los casos más numerosos en las estadísticas y más extraños. Dio origen a una de las investigaciones más complejas y completas por parte de investigadores de campo que trabajaron a la par de científicos no sólo privados, sino también oficiales. Ese es uno de los detalles que llamó la atención de investigadores de otros países que advirtieron que acá las relaciones entre investigadores de campo, científicos, policías y protagonistas de las historias definidos como testigos calificados, se produjo aquí en La Pampa. Muestra de ellos fue la participación de un veterinario del Senasa, otro de la Facultad de Veterinarias de la Universidad Nacional de La pampa, no dudaron en avalar las declaraciones del investigador de este Centro, Oscar "Quique" Mario públicamente. Eso habla a las claras de la seriedad de la investigación y de que es posible trabajar en forma mancomunada y sin especulaciones mezquinas porque, estamos ante un hecho que no tiene explicación para la ciencia y esta, es honesta al reconocerlo. Desde hoy publicaré una serie de notas que semanalmente se renovarán y en las que brindaré la información actualizada de la investigación. Porque como sostengo, nunca cesaron y en el transcurso del tiempo, hemos podido hallar una evolución que daremos a conocer en este espacio.
Mutilaciones: ¿quién,
cómo y por qué?
La muerte y mutilación de animales
sorprendió la opinión pública de todo el país cuando a principios de 2002
comenzaron a aparecer animales muertos y con extrañas mutilaciones que si bien
pueden lograrse en un laboratorio, no se explica aún ¿QUIÉN LAS HIZO?, ¿CON QUÉ
FIN? y ¿CON QUÉ MEDIOS?, ya que los animales fueron hallados en zonas rurales
muy distantes entre sí y en algunos casos de difícil acceso.
Muchos productores denunciaron la
presencia de "extrañas luces", "muy silenciosas" que
evolucionaron en la región en esa época, de variadas formas pero,
fundamentalmente como “esfera” o “triángulo”. Los colores variaban del
rojo al azul, pasando por las más variadas tonalidades. Sólo en contados casos
se escuchó un "zumbido" que algunos testigos compararon con el del
viento.
Aún no hay una respuesta definitiva
de las mutilaciones de animales producidas en gran parte de Argentina, pero en
especial en la provincia de La Pampa, Patagonia Argentina. El ridículo
argumento del SENASA que “acusó” al “ratón hocicudo rojizo”, una especie
desconocida en la región, fue vapuleado por el informe de la Facultad de Veterinarias
de la Universidad Nacional
de La Pampa, que luego de un año de intensivos estudios determinó que los
cortes practicados a los animales eran “mecánicos”, es decir, producidos por
elementos cortantes utilizados a tal fin. Pero… ¿quién lo hizo?... No hay
respuestas, ya que los animales aparecieron en medio del campo o el monte sin
que se hallaran a su alrededor huellas de ningún tipo.
Los baqueanos y productores rurales
conocen muy bien el comportamiento de los animales. Saben que siempre hay huellas
de resistencia cuando un animal es separado para un rodeo. Es imposible que
haya ninguna señal de lucha. Ni la más mínima marca… entonces ¿quién lo
hizo?... A lo que se sumaría ¿por qué?.
Son
muchas las hipótesis si las enlazamos con decenas de testimonios de gente que
jamás le dio importancia al tema OVNI, o en algunos casos se reconoció como
escéptica. Muchos admitieron observar extrañas naves silenciosas, cuyas formas
variaban desde un triángulo hasta una esfera luminosa.
Otro detalle significativo y
reincidente en el resto de los casos es que los otros animales, ni siquiera los
carroñeros, se acercaban al cadáver. Lo real es que en la región las
mutilaciones NUNCA CESARON. En menor cantidad se siguieron produciendo. Siguen
en la actualidad. Los productores no denuncian porque nadie les da una
respuesta y al iniciarse una causa judicial, es mas el tiempo que pierden
concurriendo a Tribunales a confirmar sus dichos y regresan sin recibir una
respuesta.
Tal vez sería hora que las
aseguradoras evalúen cubrir con servicios este tipo de manifestaciones.