Una
investigación reforzó la hipótesis de la Litopanspermia, que sostiene la
posibilidad de que la vida en nuestro planeta tenga un origen interplanetario.
El hallazgo fue anunciado en la tapa de la prestigiosa revista internacional
Astrobiology.
FOTO: Imagen
de un halita, un tipo de cristal de sal que se encuentra tanto en nuestro
planeta, como en Marte y en meteoritos. (Créditos: Ximena Abrevaya)
Una
investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) aportó información valiosa en
función de la hipótesis de la Litopanspermia, que sostiene la
posibilidad de que la vida en la Tierra tenga un origen extraterrestre, en
contraposición a otra teoría con mayor fuerza y vigencia, que plantea que la
vida terrenal se originó como consecuencia de la organización de moléculas
inorgánicas y luego orgánicas.
Científicos del Conicet desarrollan alternativas
responsables para trabajar en el estudio de animales
Se
trata de un estudio que desarrolló el equipo de investigadores de la Comisión
Nacional de Energía Atómica (CNEA), de Austria, Brasil, España y de otros
países, sobre la posibilidad de transferencia interplanetaria de vida. El
descubrimiento científico obtuvo un gran reconocimiento y fue anunciado en la
tapa de la prestigiosa revista internacional Astrobiology.
La
publicación destaca que durante el siglo XX tomó relevancia una teoría que
se basa en la posibilidad de que formas de vida microscópicas pueden
transportarse entre planetas, denominada originalmente como la hipótesis de la
Panspermia, y luego de la Litopanspermia cuando se sumó la idea de que este
transporte de microorganismo estaría mediado por meteoritos o asteroides.
En este
sentido, los investigadores subrayaron la demostración a nivel experimental
de un tipo de cristal de sal, denominado halita, que se encuentra en
ambientes hipersalinos y depósitos sedimentarios de este planeta, pero también
en Marte y en meteoritos, el cual tiene la capacidad de brindar protección
a microorganismos frente a condiciones letales para la vida, como el vacío
y la radiación ultravioleta de vacío (VUV) que se encuentran en el espacio.
“Hasta
el momento no se ha podido demostrar fehacientemente si un evento así, en donde
los microorganismos sean capaces de sobrevivir un transporte interplanetario
sería verdaderamente factible o no. Nuestro trabajo experimental da
indicios de que los cristales de halita son estructuras que pueden otorgar
protección a formas de vida microscópicas frente a algunas de las condiciones
que se encuentran en el medio interplanetario y constituye información
científica valiosa en función de la hipótesis de la Litopanspermia”, entre
otros aspectos, afirmó Ximena Abrevaya, directora del avance e
investigadora del CONICET en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio
(IAFE).
El
estudio que apoya la hipótesis de la Litopanspermia
Abrevaya
y colegas se centraron en la halita—compuesto por cloruro de sodio cuya fórmula
es NaCl—porque encontraron este microorganismo tanto en meteoritos, por ejemplo
en uno de Marte llamado Nakhla, como en cristales de habita de la
Tierra que datan del período Pérmico (entre 251 y 299 millones de
años atrás), y del Triásico (entre 201 y 251 millones de años
atrás).
En este
sentido, el equipo de investigación emuló el proceso natural de estos
microorganismos en el Laboratorio Nacional de Luz Síncrotron (CNPEM)
de Brasil, donde, para simular las condiciones del medio interplanetario,
recurrieron a un acelerador de partículas para someter a los microorganismos.
El
resultado de este experimentos indicó que "la halita
aumentaría significativamente las probabilidades de supervivencia de
microorganismos en cuerpos planetarios sin atmósfera, o en
meteoritos como por ejemplo en el contexto de la hipótesis de la
Litopanspermia”.