Argentina es un país grande, de extensiones a las cuales la vista no alcanza y recursos que podrían abastecer las necesidades internas y permitir un comercio internacional poderoso, pero tenemos un problema los argentinos: solemos mirar solo hasta donde llega la punta de nuestra nariz.
Estoy hablando de misterios pero esto
tiene mucho que ver con su búsqueda y su estudio, en otros países del mundo hay
personas que desde lo individual y sin mucha ayuda son capaces de invertir de
sus propios bolsillos cientos de miles de dólares para comprar equipos, hacer
estudios, viajar y permanecer en áreas remotas haciendo relevamientos por
semanas sin que ello afecte su economía familiar y personal.
En esos países son esas personas,
vocacionales, dedicadas de lleno a una pasión por conocer los secretos
encerrados en esos misterios, las que empujan la investigación institucional y
gubernamental, esto pasa en todo el mundo salvo en países con una economía como
la nuestra que están en condiciones similares a la nuestras.
En Argentina la persona promedio, el
trabajador de toda la vida, tiene que desembolsar entre el 25% y el 35% de lo
que gana mensualmente solo en impuestos, y esto es para el peón rural como para
el terrateniente.
Los impuestos se suman unos sobre
otros sin solución de discontinuidad, en todo, llegamos a pagar $ 100 un litro
de leche que al productor se le paga $ 3 y el resto es ganancia para la cadena,
y por supuesto para el Estado que es el que más muerde de los impuestos a los
argentinos.
Todos se desesperan frente a los
precios de los alimentos, principalmente en los supermercados, y como productor
rural uno sabe lo que valen en realidad las cosas.
Pocas personas saben que el Estado
tiene acciones en casi todas las cadenas de supermercados de Argentina, ¿Cómo
no le convendría que suban los alimentos?, por un lado aumenta el valor de sus
acciones y por el otro recauda cifras fabulosas y cada vez mayores para poder
alimentar el sistema.
Esto no pasa desde ahora, viene
ocurriendo desde hace un siglo y muchos, pero muchos han progresado en sus
finanzas personales a costa de la insistente decapitación financiera de quienes
trabajan y sus familias.
En una economía con esa carga
impositiva, y donde te aseguran que "aumentaremos los servicios
progresivamente para que no afecte el bolsillo de los argentinos", una
mentira malvada si tenemos en cuenta que un servicio que cuesta $ 100, si tuvo
3 aumentos de 5% ¡no aumentó el 15%, sino el 16%!, una jugarreta estadística de
quienes manejan la economía por obra y gracia del cálculo de aumento sobre
aumento.
Decía, en una economía así ¿Quién
puede procurar y prevenir hacer investigaciones sobre los misterios ancestrales
de nuestra querida tierra, sin sufrir un colapso económico en todo sentido?,
¿Quién puede renovar adecuadamente su computadora, su cámara y comprar
instrumentos de medición modernos?, ¿Quién puede hacerse de una movilidad
adecuada para recorrer nuestras rutas, muchas veces hechas pedazos por obra y
gracia de la corrupción?, la respuesta es: son pocos.
Hace algunos días leí un paper
científico donde el Dr. Nolan en Estados Unidos afirma haber gastado de su
bolsillo una cifra cercana a los u$s 150.000 para estudiar materiales exóticos
y raros, los tan tristemente famosos "metamateriales", a moneda local
unos despreciables $ 16.200.000 si el dólar no sigue subiendo, y en el mismo
paper el científico asegura que ahora necesitará la asistencia de su
gobierno para continuar.
Me surgió la pregunta de ¿Quién
tendrá ese dinero en Argentina para hacer justamente eso?, la respuesta cae de
maduro, casi nadie y digo casi porque aquí en Patagonia si hay algunas personas
que están en el ramo, pero de todos nosotros el resto de la civilidad
interesada en tales fenómenos y misterios, e incluso desde el gobierno en sus
oficinas dedicadas al asunto, puedo asegurar que nadie tiene esos valores sin
que su economía caiga en zozobra.
A pesar de eso algunas ramas de la
ufología, ahora sábiamente incluidas por su propio comportamiento en el talle
de "podredumbre del misterio", se jactan de "investigar
científicamente", pero no tienen un centavo para hacerlo, nadie puede
investigar, estudiar, relevar, avanzar tecnológicamente si no tiene recursos.
Y de esos que los tienen bastan los
dedos de una mano para contarlos en Argentina.
Pero hay más sobre este asunto, y
tiene que ver con la veracidad y la seriedad, quien estudia estos misterios y
fenómenos puede no tener dinero para hacerlo, pero ello no define su corte de
honestidad en cómo lo hace, ni en cómo lo publica, ni en cómo resguarda a los testigos
de los distintos casos que se le van presentando.
Y lamentablemente sobre este tema
también hay contados con los dedos de una mano los estudiosos e investigadores
que pueden entrar en la calificación de seriedad que la vida en comunidad
demanda para todo ciudadano argentino, seriedad que se demuestra en los logros
grandes o pequeños que se van recolectando con el paso de los años.
La "podredumbre del
misterio" se jacta como decía, de investigar sin presupuestos, ni recursos
ni equipamiento, poniendo nombres falsos y falsas clasificaciones a los
colectivos que los agrupan, tratando de "parecer" cuando en realidad
"no son", y al mismo tiempo desprecian a quienes no les aplauden, a
quienes no los reverencian, a quienes se atreven a cuestionarlos públicamente.
Y al mismo tiempo desde esos lugares
pútridos se toman la libertad de violentar a los testigos, de violar su
confidencialidad, de robarle sus pruebas fotográficas, de denostarlos
públicamente usando medios censurables como los ataques de trolls, calumnias
públicas anónimas y hasta rumos incesastes a todo aquel que se atreva a
publicarlos o prestarles atención en las redes y en los medios.
Un ejemplo claro de esto fue la
publicación reciente de un comentario oportuno que le quita el velo a la
miseria de quienes pretenden que la ufología en La Pampa pase a pertenecer por
apropiación a quienes no son de La Pampa, dice "La ONU reconoció al
ufólogo pampeano Quique Mario - maracódigital.net
Hay que darle sin parar a Quique
Mario, hasta que la gente no le crea nada de nada, ese es el trabajo principal
ahora, después veremos qué proyecto iniciamos en La Pampa cuando a él ya no lo
quiera publicar ningún medio" y es demostrativo del cómo han actuado desde
hace años en contra de quienes están por la senda recta.
El mensaje origen de esto se publicó,
con fecha, hora, nombre y apellido en la poderosa red privada JWRED de la
Patagonia, a la cual en buen criollo le resbala toda la "podredumbre del
misterio" pues representan una organización centenaria y con alcances que
tan solo en el web-blog de CEUFO se han podido vislumbrar recientemente como la
punta de iceberg de lo que es en realidad.
Y aclaro algo que decía mi Padre, que
empezó como peón de campo y terminó como propietario después de 60 años de
sudor, "la corrupción, la desidia y la delincuencia no tienen género,
poder ser hombre o mujer, pero si sos un delincuente sos solo eso, un delincuente".
En la medida de las cosas, la otra
investigación, la seria, la honesta, la que hace historia por sí misma, está
también al límite de sus recursos económicos, apenas si a quienes la
desarrollan les alcanza para vivir y mantener su familia y su vida, pero aquí
la diferencia es muy grande porque hay honestidad.
La honestidad en la investigación y
el estudio de los misterios y fenómenos de Argentina no pasa por el dinero,
sino por la civilidad y la ética de quienes lo han hecho una virtud en su vida y
lo despliegan en cada escrito y conferencia.
Pero ello no los hace menos humanos,
leía hace algunas horas el escrito de un pobre idiota que sacaba a la luz
asuntos íntimos y personales sobre quienes estudian estos misterios en La
Pampa, ninguno de nosotros y me incluyo, somos perfectos y todos hemos tenido
algún traspie en nuestra vida, ¡pero que asco quienes se toman la libertad de
exponerlo de forma indebida en público, como si ellos fueran ángeles venidos
del Cielo!.
Desde lo profundo del campo patagónico
uno ve la extensión verdadera de los misterios, kilómetros de soledad, rutas
desiertas, cielos sin radares, un gobierno ausente y la vida que discurre como
si estuviéramos en el Siglo 18 por el insistente abandono y carencias a las que
son sometidas las personas y sus familias, o a la rapiña con que caen cuando
uno va a vender una pieza de cordero o una tonelada de cereal.
Hace algunos años el misterio golpeó
a nuestra puerta en la madrugada, fue todo un suceso con daños a la propiedad y
pérdidas cuantiosas por los animales atacados, de crianza y reproducción de
raza, miramos al gobierno y éste nos hizo una mueca rara como diciendo "no
tengo idea de lo que estás hablando, no puedo ayudarte".
Entonces nos encontramos con una
referencia de un colectivo ufológico que decía cubrir alrededor de 1,5 millones
de kilómetros cuadrados en la Patagonia, Mar Argentino y Antártida, y ahí
fuimos pensando que se trataba de alguien importante y con recursos, pero era
todo verso para la gilada, no sólo no tenían ningún medio en la Patagonia, sino
que cláramente no conocían la región, y además sufrimos un destrato maleducado
por parte de una señora con ínfulas de semidiosa griega pero con un nivel de
acceso a la Patagonia igual a cero y una formación profesional en ciencia y
tecnología inexistente.
Luego, cerca del mediodía nos cayó
sin llamarlos un grupo de gente de Río Gallegos que hasta se tomó el trabajo de
averiguar nuestros datos en la Sociedad Rural y se trajo a nuestro abogado, a
su costo, desde allá para certificar la confianza de las instrucciones
científicas que iban a proponernos.
Así pues hoy estamos enlazados a la
red de observación LINE/ar Earth Global Observation Network Initiative y hemos
aprendido mucho, por ejemplo que las mal llamadas "mutilaciones" de
ganado deberían ser denominadas "ablaciones" porque lo que se corta
del animal no está por allí tirado, sino que se lo llevan.
Y es que hemos tenido varios casos en
Patagonia, nosotros, vecinos y de otros rumbos, y miren ustedes cómo es la cosa
ignorante y maliciosa que desde la "podredumbre del misterio" dicen
que eso no ocurre en la Patagonia.
Así la vida de los misterios y la
edad que llevamos encima, nos permite diferenciar entre lo podrido y lo que no
lo está, entre lo honesto y lo desleal, entre la verdad y la mentira, como
decía la Patagonia es grande pero en estos últimos meses no hubo mejor
representación de la región en Argentino y en el mundo que la del web.blog
CEUFO, le pese a quien le pese y le pique a quién le pique, porque lo escrito,
escrito está.
Y sobre las publicaciones de calidad,
de peso, con contenido y análisis de los últimos 6 meses, nadie de la
"podredumbre del misterio" pudo decir nada en contra, eso sí trataron
de descalificar las mismas de todas las maneras posibles, algo que los dejó
desnudos frente a la sociedad pues demostró que lo único que saben hacer bien
es desacreditar, calumniar y hacer correr rumores anónimos maliciosos.
Así, por esas cosas del destino,
aunque prefiero opinar que se trata más de trayectoria y dedicación, La Pampa
se convirtió en la puerta grande de la Patagonia para acceder a los misterios y
para obtener una visión transparente de la realidad, realidad que trasciende lo
humano y que por dignidad y respeto se ve reflejada en múltiples publicaciones
que han estado no solo anticipadas a su tiempo, sino que además han aportado en
tan solo unas líneas rumbos de acción para quienes tienen criterio de análisis
y capacidad de discernimiento.
Cuando uno es viejo, esa es la
palabra y no otra, más sabe de la vida, y a pesar de los deseos de otros de
ocupar nuestro lugar, de los incesantes ataques informáticos y mediáticos, del
rum-rum privado y las descalificaciones públicas, lo que uno acumuló en su vida
con decencia y buena voluntad, es lo que perdura.
No importa si uno no es millonario,
sea un propietario rural o tenga una pensión por vejez, no importa si no
podamos tener lo que quisiéramos y contemos las monedas para llegar a fin de
mes, no importa si estamos en la ciudad rodeados de gente o en el medio de nada
rodeados de cerros y pastizales, lo que importa es el cómo nos entregamos a la
búsqueda de estos misterios.
Misterios que para la
"podredumbre del misterio" pareciera pertenecerles, ser suyos para
beneficio de su propio ego y su propio bolsillo, pero que en lo llano de la
soledad de la Patagonia, donde en verdad lo que es se vé como es en realidad,
queda claro que esos misterios a nadie le pertenecen.
Un buen amigo de la familia, hombre
Patagónico por legado y decencia, nos dijo en una oportunidad que la verdad no
está habitualmente donde esperamos que se encuentre, que necesitamos ser
objetivos y pensar bien cómo buscarla y que debemos hacerlo con paciencia y
meticulosidad, que debemos hacerlo desde nuestro interior, desde el corazón y
pensando que las respuestas son para nuestros hijos y nietos.
Ese es el legado del misterio, no
otro, el entender que lo que hacemos lo hacemos por otros y no para nuestro
beneficio, el aceptar que dentro de nuestras limitaciones y de nuestra visión
de proximidad, el mundo es enorme y allí afuera existen tantas respuestas como
buscadores honestos dispuestos a encontrarlas.
Gregorio Pérez