Querido Sr. Quique Mario
Le escribo desde el corazón, motivada por las publicaciones recientes en
CEUFO La Pampa sobre la red de mentiras y torpes engaños de supuestos
"investigadores" extranjeros y argentinos tratando de instalar una
nueva narrativa ufológica; esto fecundó muy bien en Argentina porque aquí
existe tal como lo definen esas publicaciones, una verdadera "podredumbre
del misterio".
Quiero hacer mi aporte como testigo directo de uno de los casos ovni de
la patagonia austral.
Estudiar algo, investigarlo, no son actos de fe sino de responsabilidad
y respeto por la verdad, por tratar de entender, conocer y aprender.
Cuando eso se emprende desde la bondad, los resultados para todas las
partes son positivos y ayudan a crear puentes entre las realidades individuales
de todos y las intrigas que nos rodean y que habitualmente no vemos.
Pero cuando surgen desde la avaricia, el egoísmo y la maldad, es común
que quienes salgan perjudicados sean quienes en la distancia y en una posición
frágil sufran las consecuencias del mal proceder de aquellos que se hacen
llamar a sí mismos "expertos", y que no son otra cosa que
oportunistas que como buitres están a la espera de devorar la carroña sin
importarles nada el saber, el entender, el aprender, y ni siquiera los testigos
y sus familias; para satisfacerse en su propia miseria con cada exposición en
los medios.
En Argentina los miembros de esa podredumbre del misterio tienen nombre
y apellido, no son muchos de hecho pero lo más penoso es ver como tantos se les
suman en vítores y aclamaciones mientras otros ensayan un silencio obediente,
cada vez que éstos exponen algunas de sus puestas en escena pública, como
dice el refrán "los iguales se atraen".
Educar es una vocación, pero además es un acto de amor, transmitir lo
que una sabe y hacerlo de la mejor manera posible aún con un país siempre en
permanente crisis; dentro de esa realidad sorprendió a mi familia la vivencia
que tuvimos en el paraje de pescadores de mar de Punta Loyola en el año 2016.
La urgencia, el asombro y la duda nos hicieron actuar sin precaución,
buscando respuestas, así caímos en las garras despiadadas de quienes forman
parte de esa podredumbre del misterio que estaban a 3000 kilómetros y a quienes
poco les importaba el caso y los testigos, nosotros, y que solo buscaban publicar
la "primicia" para sacar rédito de ello aún sin conocer en lo más
mínimo nuestra región austral.
Estos estuvieron personificados en una "investigadora" mujer
supuesta referente del tema a nivel nacional; ella violó la confidencialidad
que como testigo yo tenía el derecho de conservar, y a pesar que no la autoricé
a publicar mi testimonio ella lo hizo igual sin importarle ni yo, ni mi
familia, ni las consecuencias que eso trajo para nosotros.
Ella en reiteradas oportunidades desde ese año, se vanagloriaba del
trato que le da a los testigos, de las pautas de trabajo con los testigos, de
la confidencialidad con los testigos, y es todo mentira, un engaño para
capturar incautos y sacar provecho de las experiencias de otros para beneficio
propio.
¡Cuidado! a quienes hayan tenido alguna experiencia con el misterio,
esta mujer doble cara va sin duda a aprovecharse de ustedes, ella sigue siendo
igual pues jamás nos pidió perdón ni a mí, ni a mi familia, lo que representa
su bajeza moral y su desprecio por quienes sufrimos las consecuencias de su
violación de confidencialidad.
Pero además es vergonzoso que aún sigan estando las publicaciones
ilegales, sumando adeptos y likes y tal vez como una carnada para atrapar a
quienes tuvieron experiencias como la nuestra.
Pongo a disposición una imagen de captura de pantalla de mi correo
electrónico sin censuras, donde yo expresé que no quiero que se me publique,
prohibiendo la divulgación de mi testimonio, y la respuesta vil e inmoral de
esta persona representante nacional e internacional de la podredumbre del
misterio.
Finalmente debo decir que también nos encontramos con verdaderos
investigadores locales de la patagonia, honestos, respetuosos y sensibles en lo
humano, que acudieron a nosotros con su ayuda desinteresada y reservada.
Agradezco la publicación de esta carta para hacer público mi apoyo y el
de mi familia en el proceso de desenmascarar a estas personas que hablan de
ética pero que por el contrario se comportan como malhechores.
Gracias.
Andrea Oyarzo y Familia.