2.10.21

CARTA A UN UFÓLOGO DE VERDAD


Querido Sr. Quique Mario

Le escribo desde el corazón, motivada por las publicaciones recientes en CEUFO La Pampa sobre la red de mentiras y torpes engaños de supuestos "investigadores" extranjeros y argentinos tratando de instalar una nueva narrativa ufológica; esto fecundó muy bien en Argentina porque aquí existe tal como lo definen esas publicaciones, una verdadera "podredumbre del misterio".

Quiero hacer mi aporte como testigo directo de uno de los casos ovni de la patagonia austral.

Estudiar algo, investigarlo, no son actos de fe sino de responsabilidad y respeto por la verdad, por tratar de entender, conocer y aprender.

Cuando eso se emprende desde la bondad, los resultados para todas las partes son positivos y ayudan a crear puentes entre las realidades individuales de todos y las intrigas que nos rodean y que habitualmente no vemos.

Pero cuando surgen desde la avaricia, el egoísmo y la maldad, es común que quienes salgan perjudicados sean quienes en la distancia y en una posición frágil sufran las consecuencias del mal proceder de aquellos que se hacen llamar a sí mismos "expertos", y que no son otra cosa que oportunistas que como buitres están a la espera de devorar la carroña sin importarles nada el saber, el entender, el aprender, y ni siquiera los testigos y sus familias; para satisfacerse en su propia miseria con cada exposición en los medios.

En Argentina los miembros de esa podredumbre del misterio tienen nombre y apellido, no son muchos de hecho pero lo más penoso es ver como tantos se les suman en vítores y aclamaciones mientras otros ensayan un silencio obediente, cada vez que éstos exponen algunas de sus puestas en escena pública, como dice el refrán "los iguales se atraen".

Educar es una vocación, pero además es un acto de amor, transmitir lo que una sabe y hacerlo de la mejor manera posible aún con un país siempre en permanente crisis; dentro de esa realidad sorprendió a mi familia la vivencia que tuvimos en el paraje de pescadores de mar de Punta Loyola en el año 2016.

La urgencia, el asombro y la duda nos hicieron actuar sin precaución, buscando respuestas, así caímos en las garras despiadadas de quienes forman parte de esa podredumbre del misterio que estaban a 3000 kilómetros y a quienes poco les importaba el caso y los testigos, nosotros, y que solo buscaban publicar la "primicia" para sacar rédito de ello aún sin conocer en lo más mínimo nuestra región austral.

Estos estuvieron personificados en una "investigadora" mujer supuesta referente del tema a nivel nacional; ella violó la confidencialidad que como testigo yo tenía el derecho de conservar, y a pesar que no la autoricé a publicar mi testimonio ella lo hizo igual sin importarle ni yo, ni mi familia, ni las consecuencias que eso trajo para nosotros.

Ella en reiteradas oportunidades desde ese año, se vanagloriaba del trato que le da a los testigos, de las pautas de trabajo con los testigos, de la confidencialidad con los testigos, y es todo mentira, un engaño para capturar incautos y sacar provecho de las experiencias de otros para beneficio propio.

¡Cuidado! a quienes hayan tenido alguna experiencia con el misterio, esta mujer doble cara va sin duda a aprovecharse de ustedes, ella sigue siendo igual pues jamás nos pidió perdón ni a mí, ni a mi familia, lo que representa su bajeza moral y su desprecio por quienes sufrimos las consecuencias de su violación de confidencialidad.

Pero además es vergonzoso que aún sigan estando las publicaciones ilegales, sumando adeptos y likes y tal vez como una carnada para atrapar a quienes tuvieron experiencias como la nuestra.

Pongo a disposición una imagen de captura de pantalla de mi correo electrónico sin censuras, donde yo expresé que no quiero que se me publique, prohibiendo la divulgación de mi testimonio, y la respuesta vil e inmoral de esta persona representante nacional e internacional de la podredumbre del misterio.

Finalmente debo decir que también nos encontramos con verdaderos investigadores locales de la patagonia, honestos, respetuosos y sensibles en lo humano, que acudieron a nosotros con su ayuda desinteresada y reservada.

Agradezco la publicación de esta carta para hacer público mi apoyo y el de mi familia en el proceso de desenmascarar a estas personas que hablan de ética pero que por el contrario se comportan como malhechores.

Gracias.

Andrea Oyarzo y Familia.