El OVNI y la eterna búsqueda. Sin
dudas uno de los mayores enigmas que el hombre interiormente se plantea sin
reconocerlo públicamente ante tantos avatares que debe enfrentar en su vida
diaria, es el interrogante de “el OVNI”.
El tema no es nuevo y muchos
investigadores que ya no están entre nosotros, se fueron con el interrogante a
cuestas, aunque la mayoría no cedió su interés en la búsqueda de una respuesta
concreta, con aciertos y errores. Con interpretaciones intuitivas ante la falta
de metodologías y en la mayoría de los casos por falta de medios. Sin embargo,
en silencio trabajaron en pos de una respuesta que nunca llegó. O tal vez sí y
por alguna razón callaron.
Ya son casi tres generaciones de
investigadores que evolucionaron a fuerza de sacrificio. De búsqueda permanente
pero con una decisión tenaz que a muchos distinguió. En ese marco, puedo
nombrar a dos, aunque seguro hay muchos más. Ellos son don Pedro Romaniuk y
Fabio Pedro Alles o más conocido e institucionalizado como “Fabio Zerpa”.
Considero que con esfuerzo buscaron
(y busca) aún la respuesta como pioneros de una especialidad que jamás obtuvo
reconocimiento y que fue convocada generalmente para formar parte de programas
armados especialmente para polemizar. Si uno de ellos participaba de un panel,
seguramente una producción convocaba a varios para que “apunten” contra los
sostenedores de lo que hace 50 años no era una utopía, sino un imposible o una
locura.
Sin embargo, en base a estudio, a
trabajo de campo, a esfuerzo de viajes interminables, fueron marcando la senda
que después siguieron muchos más. Con el tiempo, la tentación e aparecer en los
medios masivos obnubiló a algunos investigadores que prefirieron disputarse la
aparición en un estudio televisivo, que las luces de las estrellas en una
vigilia real y auténtica en la búsqueda de respuestas.
Hoy, hay muchos. Miles tal vez, que “investigan”
desde una computadora “por internet”. Que opinan y discuten como especialistas
de algo que desconocen pero que los apasiona. Que prefieren hablar de “los
casos más sonados” ocurridos en cualquier parte del mundo. Menos de lo que pasa
a la vuelta de la esquina o mejor dicho, en sus propios cielos.
Da la sensación que a veces
prefieren llegar a los codazos a sacarse una foto al lado de un ilustre investigador
extranjero que llega al país, que conocer lo que ocurre en zonas rurales o del
interior. La realidad indica que hay zonas verdaderamente “calientes” como la
Patagonia, donde “el OVNI” se muestra con inusitada frecuencia y singularidad.
Sin dudas este es el proceder de la tercera generación de investigadores que
pululan en la web. Esos especialistas que pueden hablar de un caso en Europa o
Estados Unidos, pero desconocen lo que pasa en su propia región.
Tal vez es tiempo que todos, los
representantes de cada generación de investigadores, dejen de lado “los egos” y
hagan coincidir sus estudios reales en un congreso serio, en el que las pruebas
se tiren en la mesa y se compartan sin mezquindades, para tratar de interpretar
algo que sucede y que está mucho más allá del negocio de algunos o del “reiting”
de otros.
Despues de 44 años como investigador
de campo, digo esto no porque considere que tengo la autoridad suficiente, sino
porque he aprendido que cada uno en su búsqueda ha encontrado una parte de la verdad.
El día que dejemos de lado el ego y la necesidad de figurar en alguna
programación de tv, seguramente entenderemos algo que está muy por encima del
hombre. Tal vez “ellos” miran desde otro plano nuestro proceder y consideran
que estamos muy lejos de entenderlos.
Quizás sea tiempo de reflexionar y empezar a compartir lo poco que sabemos de
esos extraños visitantes, para tratar de entender un fenómeno que “está ahi”,
porque el tiempo ha demostrado que en este tema… “la verdad no es de nadie”.
Quique
Mario
CEUFO