Centro de Estudios UFO de La Pampa, Patagonia Argentina. Información referente al fenómeno OVNI. 49 años de estudios de campo. "Platos voladores", ovni, ufo, se habla de seres extraños, extraterrestres, abducción, mutilación de animales, informes especiales. PROHIBIDA LA REPRODUCCION DEL MATERIAL DE ESTE BLOG SIN LA EXPRESA AUTORIZACION ESCRITA DE SUS RESPONSABLES
15.8.10
VISITANTES DE DORMITORIO.
A este capítulo lo considero especial porque, cuando comencé a escuchar y leer los primeros casos de lo que algunos investigadores definieron como “visitantes de dormitorio”, pensé que no era más que una cuestión mediática y de sensacionalismo americano, que quería generar un argumento nuevo en el marco de las investigaciones como una rama mas de las potenciales abducciones.
En lo personal siempre tuve reticencia a aceptar conceptos de otros, especialmente si provenían del exterior. No por dudar de la capacidad de los investigadores, sino como prevención de lo que podría convertirse en un nuevo método de inducción de conceptos para desviar la atención o para confundir realmente no sólo al resto de los investigadores sino a la opinión pública en general.. Algo que tal vez tiene relación con la teoría de la conspiración, sobre la que también tengo mis reservas.
Por lo general me he manejado con los conceptos que recojo en mis propias investigaciones, los comparo con sucesos de otros puntos del país si es que hay similitudes y recién después con los del exterior. Fundamentalmente porque considero que las realidades son tan diferentes como la geografía y la idiosincrasia de la gente de las distintas regiones.
En ese marco, a fines de la década de 1990 tuve oportunidad de reencontrarme con Néstor Berlanda, a quien conocí cuando era estudiante del nivel secundario y junto a su grupo de investigación tenían suma preocupación por el episodio de Tunguska, ocurrido en Rusia en 1909, en que una misteriosa explosión dejó serias huellas de radiactividad que persisten aún transcurridos 100 años.
Pero lo importante del caso es que Berlanda, fiel a su ideal de investigación, culminó sus estudios secundarios estudió medicina y se especializó en psiquiatría. Con esa capacitación continuó sus investigaciones y conformó un equipo con Juan Acevedo y Luis Reynoso con quienes profundizaron un trabajo investigativo de un caso registrado en la zona del valle de Río Negro, entre otros. Ellos, y en particular Néstor Berlanda, me dieron jugosos detalles del interesante caso ocurrido a una familia que viajaba entre las ciudades de General Conesa, provincia de Río Negro y la zona del valle en la que se encuentra la capital provincia, General Roca.
Los detalles no vienen al caso pero, la seriedad y minuciosidad con que los investigadores encararon el trabajo de campo, sirvieron para prestar especial atención a la investigación “de otros”. Precisamente porque conocía la seriedad del grupo.
Pasaron los años y en 2006, nos reencontramos con Berlanda en un congreso realizado en Victoria, bajo la organización inefable de la gente de Visión Ovni liderada por la incansable Silvia Dillón y su hija Andrea Perez Simondini, que han hecho un aporte invalorable a la ovnilogía regional. Allí, me obsequió un libro de su autoría, compartida con el psicólogo Juan Acevedo, con prólogo de Carlos Martínez Sarasola, titulado “Los Extraños” donde desgrana una serie de casos registrados en distintos puntos del país y analizados a mí entender, desde una óptica estrictamente cientificista relacionada con la psicología y la psiquiatría, ranas en las que son especialistas.
La interpretación de los episodios desde la óptica de la obra se relaciona con una experiencia onírica inconsciente o del subconsciente. Pero no considera la posibilidad de una experiencia nueva, totalmente ajena a los parámetros de las ciencias conocidas. En tal sentido, considero que cada vez que iniciamos una investigación, debemos mantener no sólo abierta la mente y la conciencia a algo nuevo, sino estar alerta a mínimos detalles que entre líneas se manifiestan y a través de los que he intentado comprender el fenómeno.
Y aquí radica a mí entender la diferencia en el análisis de los conceptos por fuera de los postulados científicos. ¿Es posible que algunas personas vivan experiencias que no puedan ser encasilladas por los parámetros de la psiquiatría? A mi entender sí y parto de la misma premisa que utilizo en la investigación de la casuística OVNI. Hay episodios que no responden a los parámetros científicos.
Están ocurriendo hechos desde hace años, que la gente no dice por temor al ridículo pero, que comentan en círculos íntimos a los que por fortuna he podido arribar, teniendo en cuenta que vivo en una región con baja densidad demográfica y donde como postulado principal de investigación de campo, se garantiza la reserva de la identidad de los protagonistas, para evitar el manoseo mediático de la prensa amarillista, algo que dejé muy en claro en el capítulo “los ovni y los medios de comunicación” y de otra especie que califico como “pseudo investigadores” oportunistas, que llegan y desaparecen y pretenden convertirse en “especialistas” sin importarles en lo m´ças mínimo la faz humana y las potenciales consecuencias en los testigos.
Hay episodios que escapan a la comprensión humana y que nadie puede discutir hoy en día que pudieran tener relación con una cuestión espacio-temporal desconocida. Que se produce bajo determinadas condiciones y especialmente en determinado momento de la vida de una persona.
Cada ser humano es una perfecta y compleja computadora que a pesar de grandes similitudes con sus congéneres, tiene factores en su componente que son únicos. La ciencia misma desconoce los alcances de esos componentes porque no los puede encuadrar y, en ese marco, difícilmente se puedan establecer parámetros sobre algo desconocido como acostumbra a hacer la ciencia ortodoxa.
A esta altura, quiero expresar mi opinión basada y sustentada en la experiencia de haber recogido centenares de casos investigados en forma directa, lo que no es poca cosa, porque a los que he de referirme no los tomo de segunda o tercera mano, sino siempre en forma directa con el testigo o protagonista de un hecho.
Y a esto lo quiero dejar claro porque he circunscripto mi área de trabajo a la provincia de La Pampa y sus alrededores que incluyen el sur de Córdoba, oeste de provincia de Buenos Aires y el norte de la Patagonia.
A esta altura debo reconocer que al momento de editar este trabajo, consideré la posibilidad de no incorporar el tema por ser demasiado difuso. Pero finalmente, y luego de una extensa charla con mi editor Carlos Martínez Sarasola, decidí publicar mis conceptos al respecto precisamente para dar una visión no cientificista, sino desde la experiencia recogida y la intuición que los años me han dado como para poder discernir entre lo que intuyo como claro y preciso de lo difuso e impreciso.
Estos elementos seguramente serán valorados por la nueva generación de investigadores que silenciosamente están desarrollando la investigación seriamente, sin altisonancias ni espectacularidades.
La puerta está abierta a seguir trabajando en pos de la comprensión de un fenómeno que comenzó a manifestarse en la década del 80, según los detalles pero, también queda en duda si hubo este tipo de manifestaciones con anterioridad y la gente, aterrorizada guardó en su conciencia en un intento de olvidarlos y sólo los conoce un determinado círculo. Tal vez la publicación de estos casos facilite la apertura para conocer otros y en su estudio, intentar encontrar un eje que nos permita comprender su origen.