El excelente nivel que se registró en el congreso desarrollado en Santa Rosa los días 25 y 26 de marzo, se constituyó en un evento que podemos calificar de irrepetible। La calificación es tan sólo una expresión de haber podido reunir un panel de lujo, lo que atrajo a los amantes del tema de otros puntos del país que se dieron cita para poder escuchar atentamente. Las ausencias de Luis Burgos (FAO, La Plata), Jorge Anfruns Dumont (Chile) y Héctor Boetto (CEUFO, Bélgica) sólo hicieron reflexionar a los organizadores que el tiempo no hubiera alcanzado para sus exposiciones. En la fotografía, Fabio Zerpa lee el certificado entregado por María E. Magariños, integrante de CEUFO
La apertura a cargo de antropólogo Carlos Martínez Sarasola y Quique Mario, que luego dieron paso a Fabio Zerpa en el inicio de una serie de exposiciones de un nivel superlativo, expresión de la seriedad con que se trabaja en la investigación a nivel nacional con mucho esfuerzo. El mensaje de uno de los maestros de la ovnilogía nacional fue sencillo: necesidad de aunar filas y criterios en pos del entendimiento de la llegada de civilizaciones extraterrestres, que algo tratan de decir a la Humanidad.
A su turno, el Dr. Luis Reinoso realizó la presentación de uno de los casos emblemáticos de la investigación que ha desarrollado en la zona litoral y en el final, se generó un rico debate cuando expresó su opinión respecto al tema de mutilaciones de animales, que él entiende son realizadas por humanos. La respuesta no se hizo esperar por parte de quien firma este artículo, que marcó su disidencia ante el cúmulo de casos investigados en La Pampa y amplia región del oeste de la provincia de Buenos Aires, que oportunamente contara con el aval de profesionales veterinarios de ambas provincias.
El cierre de la primera jornada estuvo a cargo de Bibiana Bryson quien mostró mucho material comparativo de investigaciones realizadas en los Estados unidos, algo que tal vez no refleja la realidad nacional y en la expresión de una de las antiguas escuelas de investigación locales que siempre miraron para afuera, cuando al OVNI lo tienen sobre sus cabezas.
DIA 2
La jornada del sábado tuvo en su apertura a los miembros de CEDIFA (Buenos Aires) Miguel Sanso, quien hizo un pormenorizado detalle de la evolución científica de la manifestación OVNI a través de la historia, para dar paso a Gustavo Cía, un psicólogo con la mente abierta quien se refirió a las nuevas metodologías de investigación por él adaptadas a la realidad nacional y que se emplean en los últimos eventos producidos en La Pampa, merced a un convenio de cooperación mutua refrendado con el CEUFO.
A su turno, Débora Goldstern atrapó a la platea con una prolija serie de detalles acerca de “lo subterráneo” y las señales que supuestamente nos legaran civilizaciones que en la antigüedad (¿y también en la actualidad?). La documentación y la consulta minuciosa realizada a todo nivel, no sólo con consultas a bibliotecas y centros de recopilación de datos, sino a autores e investigadores del tema. Sin dudas, la gente se quedó con ganas de seguir escuchándola.
El tercer turno estuvo ocupado por Ademar Gevaerd, director de la revista UFO Brasil quien se refirió a los casos “clásicos” de ese país cautivando a la platea con los detalles desconocidos públicamente desde el caso Vilas Boas a Varginha y la apertura de los militares de aquel país que siempre estuvieron atentos a la evolución de los platos voladores en esa región. No en vano fueron uno de los primeros países Latinoamericanos en prestar atención oficialmente un “ellos”.
El cierre, y luego de la entrega de los certificados de participación en el evento, estuvo a cargo de Fabio Zerpa quien insistió en su mensaje inicial y dejando en claro la necesidad de que la investigación se convierta en un “coto” determinado para algunos, que la envidia sea desterrada y las “exclusividades” y personalismos den paso a la objetividad para la compresión, y evitar caer en el error tan humano de creernos los dueños de una porción de la verdad.
Si tomamos en cuenta de quien vino este mensaje, no podemos dejar de tomar esa bandera en pos de dejar de lado los personalismos y las pretendidas personalizaciones que se hacen intentando ser “investigadores y difusores”. La investigación de campo es crucial y debe contar con el soporte de la investigación de escritorio pero siempre dejando de lado las posturas egocéntricas que en oportunidades sólo tratan de obtener un espacio efímero ante las cámaras.