22.8.13

ANTECEDENTES DE PERDIDAS TEMPORALES


El artículo publicado por grupos científicos que hacen referencia al título de la nota, no hace más que ratificar los términos del adelanto realizado en CEUFO  mediante el aporte de  Javier Sofía que hace años trabaja sobre esta hipótesis, en este mismo sitio con fecha 13/03/13, lo que habla a las claras del excelente nivel de trabajo de nuestro incondicional colaborador.
El tema es por demás complejo y generó una serie de especulaciones que no obstante no han tenido la difusión que merece y que en marzo adelantaba:

"...es posible que esto ocurra igualmente con el geomagnetismo terrestre, y que se manifieste en formas todavía no reconocidas por la ciencia; y que tanto los notables agujeros cuya formación hoy no se entiende totalmente, como las percepciones de pérdida temporal se deban a una respuesta dinámica del flujo geomagnético planetario en un estado de permanente evolución..."

El documento científico es de Mayo de 2.013, 13 años después de las primeras observaciones de nuestro colaborador y... 2 meses después de publicado en ceufo.blogspot.com; entre los otros artículos. Considero que es muy importante destacarlo pues hemos estado publicando material puramente científico -y ahora confirmado por nuevos estudios- relacionandolo con las Pérdidas Temporales, lo que demuestra en realidad es que existen tales Anomalías y cada día se corroboran con mayor certeza. 



Según un grupo de físicos, unos vórtices en el Atlántico Sur son matemáticamente equivalentes a los agujeros negros, una idea que podría dar lugar a nuevas formas de entender cómo transportan las corrientes el aceite y la basura por los océanos
Los agujeros negros son regiones del espacio-tiempo en las que la gravedad es lo suficientemente fuerte como para evitar que nada se escape, ni siquiera la luz. Estos extraños objetos fueron descubiertos por primera vez en el siglo XX como soluciones matemáticas a las ecuaciones de la relatividad general. (No fue hasta mucho más tarde que los astrónomos comenzaron a reunir evidencia observacional de su existencia).

Una de las características curiosas de la relatividad general es que su misma base matemática puede encontrarse en varias otras situaciones. En los últimos años, por ejemplo, los físicos han ideado la forma de crear capas de invisibilidad utilizando metamateriales para direccionar la luz alrededor de los objetos.

Los agujeros negros dirigen la luz de la misma manera, doblando el espacio-tiempo. De hecho, las bases matemáticas que describen ambos sistemas son formalmente equivalentes. Por eso, no resulta sorprendente que los ingenieros hayan utilizado metamateriales para crear análogos de agujeros negros que impiden que la luz escape.
George Haller, desde el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich, y Francisco Berón-Vera desde la Universidad de Miami en Florida (EE.UU.), acaban de encontrar otro análogo de agujero negro, esta vez en el mundo de la turbulencia.
Los vórtices que se forman en aguas turbulentas son una imagen familiar. Edgar Allan Poe describió un torbellino de ese tipo en su cuento “Un Descenso al Maelström”, publicado en 1841:
“El borde del remolino estaba representado por un ancho cinturón de brillante rocío, aunque ninguna de las partículas entraba en la boca del terrorífico embudo…”
En este pasaje, Poe describe una de las características cruciales de estos cuerpos de líquido en rotación: pueden ser considerados como islas coherentes en un flujo incoherente. Como tales, son esencialmente independientes de su entorno, rodeados por un límite aparentemente impenetrable y en el que poco (o ningún) fluido interior se escapa fuera.
Si estás pensando que esta descripción guarda parecido con un agujero negro, estarías en lo cierto. Haller y Beron-Vera han puesto esta semejanza en un plano formal que describe el comportamiento de los vórtices en los fluidos turbulentos utilizando las mismas matemáticas que describen los agujeros negros.
En esta imagen, el “ancho cinturón de brillante rocío” de Poe es exactamente análogo a una esfera de fotones alrededor de un agujero negro. Se trata de una superficie de luz que rodea a un agujero negro sin entrar en él.
Haller y Beron-Vera van más allá y demuestran que cada límite del vórtice en un fluido turbulento contiene una singularidad, al igual que un agujero negro astrofísico.
Esto tiene importantes implicaciones para el estudio de los fluidos y la identificación de los vórtices, que resultan difíciles de definir y detectar. En este caso, es simplemente cuestión de buscar la singularidad y el límite que lo rodea.
Y eso es exactamente lo que Haller y Beron-Vera han hecho en el patrón de las corrientes del suroeste del Océano Índico y el Atlántico Sur. En esta parte del mundo se produce un fenómeno bien conocido llamado fuga de Agujas, procedente de la Corriente de las Agujas del Océano Índico. “Al final de su flujo hacia el sur, esta corriente límite se vuelve sobre sí misma, creando un bucle que de vez en cuando provoca remolinos (anillos de Agujas) en el Atlántico Sur”, señalan.
Los investigadores han usado imágenes de satélite del Océano Atlántico Sur entre noviembre de 2006 y febrero de 2007 para buscar vórtices utilizando un conjunto de pasos computacionales simples que detectan análogos de agujeros negros.
En este período de tres meses encontraron ocho candidatos, dos de los cuales resultaron ser análogos de agujeros negros que contenían esferas de fotones. “Hemos encontrado cinturones materiales excepcionalmente coherentes en el Atlántico Sur, lleno de análogos de las esferas de fotones alrededor de los agujeros negros”, concluyen.
Este es un resultado interesante que podría tener implicaciones importantes para nuestra comprensión del modo en que las corrientes oceánicas transportan materiales. Dado que todo lo que entra en estos agujeros negros no puede salir, debería atrapar cualquier basura, aceite o incluso el propio agua, moviéndolo de manera coherente a través de grandes distancias. “Más allá de la equivalencia matemática, también hay razones observacionales para ver los remolinos… coherentes como agujeros negros”, aseguran Haller y Beron-Vera.
El trabajo también plantea la posibilidad de que se produzcan análogos de agujeros negros en otras situaciones, como por ejemplo en huracanes, y no solo en la Tierra. Según esta forma de pensar, la Gran Mancha Roja de Júpiter podría ser el agujero negro más famoso del Sistema Solar.

Ref: http://arxiv.org/abs/1308.2352 : Coherent Lagrangian Vortices: The Black Holes Of Turbulence



12.8.13

A 30 AÑOS DEL CASO PLATNER

CASO PLATNER
Un clásico de los años 80

          Julio Platner era un tímido dependiente de una casa de venta de semillas, forrajes e implementos agrícolas de la localidad de Winifreda, provincia de La Pampa. Nunca imaginó que los sucesos del atardecer del 9 de agosto de 1983, cambiarían su vida de manera tal que pasó a ocupar la primera plana de los medios de comunicación nacional e internacional. Su nombre se popularizó en toda la provincia y más allá del tratamiento sensacionalista que le dieron algunos medios a su caso, toda una población defendió al protagonista, porque nadie dudó en ningún momento del relato de su experiencia y de su hombría de bien. A esta altura del tiempo transcurrido y con los informes en serie realizados, el Centro de Estudios UFO está en condiciones de afirmar y confirmar que el caso Platner fue real, más allá del análisis que otros investigadores pudieran haber realizado del caso. La afirmación se basa en las pruebas obtenidas en el estudio de campo realizado por un grupo de investigadores que consideran que... el caso aún no está cerrado...
            El suceso se inició en un establecimiento rural 12 km al norte de la localidad de Winifreda, donde Julio había llegado a revisar semillas para la compra de la empresa para la que trabajaba. Demás está  decir que es conocedor de la zona en todos sus detalles geográficos, por lo que su relato resulta asombrosos al final de la experiencia que vivió.
            Eran aproximadamente las 19,15 cuando Julio se aprestó a retirarse del establecimiento del señor Fisher, cuando ambos advirtieron que los animales "estaban muy nerviosos", detalle que no es normal. Cuando Julio llegó a la tranquera del campo para acceder a la ruta nacional 35, "escuché un potente zumbido y una luz se me vino encima". "Pensé que era un camión térmico que habría tenido problemas en la dirección y que me atropellaría -aseguró Julio- pero no recuerdo más nada".
            Cuando recobró el conocimiento e 
 El 9 de agosto, llegó hasta el establecimiento de Antonio Fischer, situado a 12 km. al N del pueblo, sobre la Ruta 35 que une E. Castex con Winifreda.

Caso Platner: ocurrido en agosto de 1983. Julio Platner tenía entonces 31 años y se dirigió a un campo a verificar una semillas que compraría la empresa en la que él trabajaba. El campo estaba a unos 20 km al norte de su localidad de origen (Winifreda). luego de conversar con el productor y disponerse a salir, se dan cuenta que los animales estaban nerviosos y lo atribuyeron a que se acercaba una tormenta. Cuando Platner sale del campo, alrededor de las 19,15 hs. una potente luz y un fuerte zumbido llaman su atención. pensó que era un camión que se le venía encima. despertó después sentado en algo que definició "como un sillón de los que utilizan los odontólogos", estaba muy cómodo y advirtió que estaba con la camisa arremangada. intentó pararse pero... algo se lo impèdía a pesar de no ver ataduras visibles. Al poco rato ingresaron cuatro extraños seres (dibujo)

Al salir del mismo, siendo las 19:30, bajó de la camioneta Fiat para abrir la tranquera. En ese momento, percibió una fuerte luz que lo encegueció por completo, lo que lo llevó a cubrirse la cara con las manos en un reflejo instintivo de defensa. Acompañado a esta vivencia sintió un extraño silbido, como de una turbina. Platner, en ningún momento ve objeto alguno, ni nada que se le parezca, la constante lumínica al igual que en otros casos también la encontramos en este evento, el testigo solo ve luz, nada más, si bien algunos y eso fue perfectamente notable en las publicaciones periodísticas que daban cuenta del suceso, hablaban de naves, ovnis o platos voladores, Platner, volvemos a remarcarlo no ve objeto alguno, solamente es testigo de la luz.
"Cuando me bajé a abrir la tranquera es como si alguien me hubiese puesto un reflector en la cara, como de una soldadura autógena, eléctrica que despide muchos rayos y a una cierta distancia hay que cubrirse la vista, yo simplemente vi eso, después de allí no recuerdo más nada".
Seguidamente apareció dentro de una habitación la cual le resultaba un "quirófano". Las paredes no eran lisas ni parejas, parecían como tapizadas, observando un color parecido al beige claro. Diferenció unas estructuras porque resaltaban del tapizado, parecidas a una vitrina, de tonalidad semejante a la de las paredes, aunque daba la impresión de ser más clara, pero sin brillar.
Era opaca como el resto de la habitación. Sin embargo, estaba iluminada por una luz blanca, muy clara, natural, no dañaba la vista y, fundamental por la relación con decenas de casos, no se distinguía la fuente de dónde provenía. Tampoco producía sombras.
"Era una habitación... era algo como esférico que estaba cubierto digamos como si estuviera tapizado, lo que yo nunca vi, estaba tan claro como si fuese de día, no pude distinguir de donde provenía la luz, porque allí no había nada, un foco, una luz, una fuente. Estaba claro, muy claro; con una tranquilidad terrible, era algo como para quedarse toda la vida".
Desde el momento en que se encuentra en el "quirófano", está sentado en un sillón como si fuese de odontólogo, aparentemente del mismo, material componente de las paredes o del tapizado.
Tuvo la impresión de que dicho sillón estaba suspendido en el aire, sin sostén alguno y sentíase muy cómodo.
A su alrededor notó la presencia de cuatro seres, tres hombres y un mujer, cuya estatura oscilaba en 1,67 m. (toma como referencia a un íntimo amigo), de conformación antropomorfa, de cuerpos atléticos. No pudo apreciar si vestían un enterizo muy ajustado al cuerpo o si se trataba de la piel de los seres, de color semejante al de la habitación. Distinguió labios no sabiendo si eran parte del rostro o del enterizo. Diferenció claramente una especie de botas.



Sus ojos (el detalle que más le impresionó juntamente a la sensación de gran tranquilidad que inspiraban) eran saltones, opacos, grandes y sobresalían del rostro.
Se miraban entre ellos fijamente, sin párpados. Tenían un pequeño relieve observado de perfil. Sus orejas estaban bien pegadas al cráneo o sobre el material. Las manos tenían cinco dedos. La mujer se diferenciaba por tener las mismas características físicas de una humana; daba la impresión de ser más delgada que los hombres.
Ninguno tenía pelo. Frente suyo se situaban uno de los hombres, el más alejado de todos, y la mujer; en tanto que los otros dos, estaban a sus costados, uno a la derecha y otro a su izquierda.
Quiso hablar pero no pudo emitir sonido alguno, pero automáticamente siente una respuesta sin escuchar voces. Percibió la misma como un pensamiento en forma de palabras.
El mismo le indicaba que se quedara tranquilo, que casos como el suyo había miles, que si quería podía contarlo, algunos le iban a creer y otros no. Le transmitían una sensación de total tranquilidad.
La mujer se acercó a él, dando la sensación de deslizarse, colocándole la mano derecha sobre su izquierda. Mientras el ser parado a su derecha hace lo mismo pero sobre su hombro diestro.
Repentinamente, apareció en las manos del ser de la izquierda, una especie de tubo, compuesto por una mitad rígida y la restante flexible, transparente, de unos 20 cm. y del mismo color de la habitación.
El percipiente no puede apreciar si lo tenía desde el primer momento o lo extrajo de las vitrinas.
Luego le colocaron el tubo o la parte rígida en la muñeca de la mano izquierda, no sintiendo dolor o roce alguno. Esta sensación la tuvo siempre, él nota el contacto pero no lo siente (entiéndase la explicación para las manos de la mujer y del ser de la derecha), es decir ve que lo tocan pero no siente presión alguna.
Después, con la parte flexible (la más fina del tubo) buscan la flexura del codo y ve como la sangre asciende por el mismo hasta la parte rígida. Subía sin ningún tipo de presión, al contrario de las extracciones comunes.
Intento tocar al ser de la derecha (el que tenia una de sus manos sobre el hombro) pero chocó contra algo invisible, lo mismo le acontece cuando quiere incorporarse. En esta instancia es su frente lo que vuelve a tocar algo. Sin embargo, los seres evolucionan normalmente (El caso del 6 de septiembre de 1978, en Venado Tuerto, el niño Juan 0. Pérez, trata de tocar a los seres y a los elementos de la supuesta nave, pero nota la presencia de una pared invisible, pero que los seres la atraviesan sin el menor problema).
"El que estaba a mi derecha tenía una de las manos sobre mi hombro, yo veía que la mano estaba apoyada pero no sentía ninguna presión. Quise tocarlo y me encontré como si estuviera rodeado por un envase de vidrio, como un cristal invisible. Además en un determinado momento me quise incorporar y choqué mi frente contra algo, contra ese especie de vidrio".
Después de la extracción, por propios medios o por una orden, se incorpora sin tener inconvenientes, le llamó la atención que estando tan cerca suyo, no llevara por delante a alguno de los seres, pero la realidad fue que ya no tenía a nadie a su alrededor. Se siente parado sobre algo no firme, dándole la impresión que flotaba. Durante todo el suceso (Platner estima que toda su experiencia duró aproximadamente entre 30 y 35 minutos de los que él tan solo recuerda unos 7 u 8), se dio cuenta que no tenía el reloj, ni el pulóver, ni la campera y no recuerda si llevaba el anillo. Su camisa estaba arremangada. Previamente tenía todo.
Cuando quiere caminar, se encuentra, simultáneamente dentro de su camioneta, con las manos sobre el volante. Sorprendido comenzó a mirar para todos lados. La primera intención fue poner el motor en marcha y dio la vuelta instantáneamente. Al encender las luces distinguió donde se encontraba: a 19 km. de la tranquera del establecimiento del Sr. Fischer, e1 lugar de inicio de la extraña experiencia.
Estaba en la Ruta de tierra Nº 11, que une la ruta N° 35 con Villa Mirasol.
La camioneta estaba ubicada de oeste a este.
Cuando llegó a la intersección de las rutas, con mucha tranquilidad, recordando todo lo sucedido, pensó que la tranquera había quedado abierta y que el Sr. Fischer le había recomendado cerrarla por los animales del establecimiento.
Cuando llega, efectivamente, la tranquera estaba abierta, y antes de seguir viaje, aprovechó para mirarse el brazo izquierdo.
No tenía ningún tipo de moretón, ni gota de sangre, pero veía una especie de cascarilla en la flexura del codo. Se alejó pensando si todo había sido realidad o tal vez producto de un sueño o delirio.
A las 20:25 aproximadamente llegó al lugar donde trabaja y no contó nada, se encontraba muy tranquilo. Pero al llegar a la casa y ver a sus hijos se desespera, pensando en ellos sin su persona. Allí cuenta todo.
Esa noche le fue imposible dormir pues recordaba todo lo sucedido y sentía el ardor en las marcas.
Al otro día comprueba las huellas de la camioneta sobre la ruta Nº 11 y en la tranquera, debido a que la camioneta tiene tres ruedas anchas con dibujo y la restante fina y lisa; lo cuál hace inconfundibles las huellas, estas demostraron el trayecto interrumpido de la misma, que se corta a 1,5 m. de la tranquera; como también el viraje en la ruta Nº 11, el camino de tierra donde apareció y fundamentalmente el desvío en la ruta 35 cuando regresa a cerrar la tranquera de Fischer que está sobre esa ruta.

El día previo al 30 aniversario de este evento, Julio fue entrevistado por el programa “PUENTE 2001… el otro lado de lo insólito” y revivió la experiencia para la basta audiencia regional y de todo el mundo a través de la cadena Edenex que desde Madrid retransmite la producción en directo.